Moreno Bonilla se ha convertido en el capo que lo domina todo en territorio andaluz. Política a un lado -aunque bien en sabido que realmente la política lo inunda todo-, el presidente de la Junta de Andalucía también se ha conformado su propia "armada mediática" con la que influir desde su "Morenato". Tres pilares, tres vértices, tres ramificaciones que lo conforman: Canal Sur, patrocinio y publicidad institucional. 

Mario Jiménez, uno de los portavoces del PSOE-A, ha afirmado que "el Morenato no existiría sin el control político de los medios en Andalucía". En esta misma línea, ha denunciado públicamente la "opacidad, arbitrariedad y amiguismo" del Gobierno del popular en las políticas relacionadas con el patrocinio y la publicidad institucional. No solo se habla de una "compra de voluntades" por parte del líder andaluz, sino también del "derroche para unos cuantos privilegiados".

El diputado ha denunciado que en territorio andaluz "todo está en unas condiciones desastrosas". Ni los medios de comunicación, aquellos que deberían estar marcados por la libertad de prensa y la libertad de expresión se salvan. Y es que, como Jiménez asegura, Bonilla se ha creado su propio ejército mediático, cuyas armas son la "manipulación" y la "represión". "Para que Moreno Bonilla y su gobierno de incapaces puedan seguir trasladando la sensación de que hacen algo necesitan una armada mediática, ha declarado Jiménez. 

Desde la oposición afirman que los residentes en San Telmo "necesitan tener los medios de comunicación a su servicio", ya que únicamente "funciona la propaganda y la confrontación con el gobierno de España". Para ello recurren a la publicidad institucional, con la que logran el "control político de la opinión pública en Andalucía". Con respecto a esto, el diputado se ha referido al acuñado como "caso Turismo Andaluz", en el hay denunciados patrocinios de casi dos millones de euros ante la Oficina contra el Fraude y la Corrupción.

No obstante, la gran herramienta del Gobierno de Moreno Bonilla es la radiotelevisión pública. Solo hay que observar el minutado de Canal Sur para poder vislumbrar el sesgo existente. Es más, las escaletas se han convertido en toda una reproducción del argumentario popular. El pasado mes de abril, el informe del Consejo Profesional del ente público sacaba a relucir que la televisión andaluza había destinado 169 minutos para Koldo, 55 para Begoña Gómez, 22 al SAS y solo 11 al novio de Ayuso. Un minutado cuanto menos llamativo y, por qué no, sospechoso. 

Canal Sur, "la sustitución absoluta del periodismo por la propaganda"

El Consejo Profesional de la RTVA se ha convertido en la gran resistencia. Surgido en 2006 como un órgano independiente para velar por la independencia y las buenas prácticas periodísticas, como son "la independencia, imparcialidad, rigor, veracidad o pluralismo", trata de luchar contra la injerencia política que se vive entre sus paredes. 

En una entrevista con este medio, Pedro Lázaro, uno de los miembros que lo componen, marca un antes y un después en esta manipulación informativa que impregna el ente autonómico: "Nuestra fecha clave es febrero de 2020 y es la llegada de Álvaro Zancajo a la Dirección de Informativos. En ese momento vamos a límites como nunca habíamos conocido, es la sustitución absoluta del periodismo por la propaganda". 

A partir de ese momento, y hasta fecha actual, denuncian que "la colonización política es cada vez mayor". En los últimos cuatro años, el Consejo Profesional ha puesto sobre la mesa más de un millar de "malas prácticas", que han "sacado a los andaluces y a sus problemas de la televisión pública". Entre ellas se encuentran "casos rocambolescos": "Se ha dedicado el triple de tiempo a la subida del precio de las torrijas que a las tres sentencias de la Gürtel, se ha dedicado más tiempo al 60 aniversario de la muerte de John F. Kennedy que a las listas de espera sanitarias, el 16 de enero se destinó más tiempo al día de la croqueta que a la declaración de Alberto González Amador, se ha destinado un 1700% más a Venezuela que a la vivienda en Andalucía o se ha dedicado un 1000% más de tiempo a Puigdemont que a las reclamaciones de los maestros o los estudiantes de la educación andaluza".

Lázaro denunciaba que un "claro sesgo ideológico" ha eclipsado a los criterios periodísticos, lo que se ve perfectamente reflejado en el porcentaje de tiempo que el mismo Moreno Bonilla ha aparecido en la pequeña pantalla: "El presidente de la Junta monopoliza el 40% de toda la información política de Andalucía o el 70% junto a sus consejeros y el partido que le sustenta". Es decir, el PP se ha "adueñado" de la información en Canal Sur de tal manera que su "argumentario es prácticamente la escaleta de los espacios de noticias de la cadena".

Gran parte de la plantilla de Canal Sur se encuentra movilizada con el objetivo de derribar esta injerencia, pero no todo es tan fácil como muchos podrían pensar. Antes las quejas de los trabajadores, se responde con "desprecio", "ataques" y, también, "silencio", puesto que el Consejo de Administración rompió todo tipo de relaciones. Lázaro reconoce que la "represión" ya no es tan "burda", sino más "sutil" y se oculta tras supuestas cuestiones organizativas: "La forma de las represalias es clara, cualquier persona incómoda es relegado a cualquier otra labor o destino" donde no pueda "molestar". Entre algunos ejemplos, se han "cesado a jefas de Economía por negarse a dar informaciones falsas sobre pensiones o a editores y profesores de un programa local por negarse a abrir un informativo con una concentración de Vox del día anterior". 

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