Los espectadores ya pueden disfrutar de Perdiendo el juicio, el nuevo drama judicial de Atresmedia Televisión, en la plataforma de contenidos Atresplayer. La serie gira en torno a Amanda Ramos (Elena Rivera), una abogada que sufre el estallido de un TOC durante un importante juicio y tendrá que empezar su vida de cero. Cuando nadie está dispuesta a tenerla entre sus filas, César, interpretado por Manu Baqueiro, le contrata para que se una a su bufete. Tras el final de la longeva Amar es para siempre, el actor acumula múltiples proyectos entre los pasillos de San Sebastián de los Reyes, como es el caso de su próxima participación en Tu cara me suena 12.
Tras más de una década en antena, Amar es para siempre finalizaba el pasado 6 de marzo. Baqueiro era uno de los rostros principales de la misma, encarnando al mítico Marcelino. El actor no esconde haber sentido vértigo ante la idea de que le encasillaran en este papel tras tantos años metiéndose en sus zapatos: "Todo el mundo piensa que te pueden encasillar cuando estás tanto tiempo encarnando a alguien, pero estoy muy orgulloso del personaje de Marcelino".
Baqueiro asegura que aunque es consciente de que "todavía se me va a relacionar con él, no quiere decir que no haya vida más allá de Marcelino": "Estoy demostrando que hay recursos para hacer cosas muy diferentes. Es una sombra bonita". Aunque pensaba que le iba a llevar algo más de tiempo embarcarse en nuevos proyectos, pronto le sorprendieron las propuestas: "El miedo que tenía se desvaneció enseguida y te mentiría si no te digo que estoy muy feliz de cómo he ido transitando de un personaje tan popular y largo a proyectos tan diferentes como este", añade, refiriéndose a Perdiendo el juicio.
El actor reconoce estar "felizmente ocupado" actualmente, por lo que afirma que "a día de hoy no aceptaría una serie diaria", tal y como lo fue Amar. Aún así, se muestra muy agradecido con el aprendizaje: "Creo que hay que ir haciendo etapas, pero no quiere decir que nunca diga más diga que sí. Las diarias son un vehículo del que todos comemos y que dan un callo increíble a los actores".
Tras el final de la serie de Diagonal TV, Baqueiro también participó en otra serie de Atresmedia, ¿A qué estás esperando?, y ahora se suma a otro proyecto de la casa, pero no en materia de ficción. El intérprete es uno de los concursantes confirmados de Tu cara me suena 12, que ya ha arrancado sus grabaciones. "Es un programa que siempre me ha gustado mucho, muy fresco y familiar, pero también de lanzarte, porque para mí es una salida de la zona de confort".
Bertín Osborne, Ana Guerra, Gisela Lladó, Goyo Jiménez, Yenesi, Esperansa Grasia, Melani, Mikel Herzog Jr. y Baqueiro conforman el casting de la duodécima edición del programa de imitaciones. El protagonista de Perdiendo el juicio ha adelantado algunos detalles sobre cómo está arrancando la aventura: "Me lo estoy pasando muy bien con Bertín Osborne, es un tipo curioso. Es un grupo muy heterogéneo y divertido", decía.
Además, reconoce que es "competitivo", pero "no tonto", por lo que sabe reconocer sus fortalezas y debilidades ante la competencia. "Me lo paso muy bien, pero sé que tengo que ganar a base de imitaciones porque nunca vas a ganar a un cantante, como no vas a ganar a un futbolista jugando al fútbol", explica. Para poder estar a la altura, porque le "gusta hacer las cosas bien y currármelas", Baqueiro va a clases de voz todas las semanas.
Sinopsis de Perdiendo el juicio
Amanda Torres, una reconocida abogada, ve su carrera desplomarse cuando un severo brote de su trastorno obsesivo-compulsivo la afecta en pleno juicio. A partir de ese momento, su reputación queda marcada y encontrar un nuevo empleo se convierte en un desafío, tanto por el estigma del incidente como por sus incontrolables manías, que complican su vida personal y profesional.
Sin más opciones, Amanda acepta trabajar en un bufete venido a menos, muy lejos de sus aspiraciones, donde debe compartir casos con un grupo de abogados en decadencia, lejos del elitismo al que estaba acostumbrada.
Pero sus problemas no terminan ahí. Su matrimonio sigue siendo un dilema, atrapada entre los sentimientos que aún tiene por su marido y la inesperada atracción hacia su nuevo jefe. Mientras tanto, enfrenta el mayor reto de su vida: defender a su hermana, acusada de un asesinato ocurrido el día de su boda, un caso que podría condenarla de por vida.