La okupación se ha convertido en un asunto de conversación fetiche en algunos programas de televisión como TardeAR o Y ahora, Sonsoles. Sin esperarlo, esta problemática se ha colado en la sobremesa de Telecinco, donde Jorge Javier Vázquez ha tirado de sarcasmo en riguroso directo con un órdago. Básicamente, El Diario de Jorge se ha mostrado en contra los espacios que fomentan el alarmismo.
Desde el espacio vespertino que Mediaset España produce en colaboración con Boomerang TV, una sorpresa se ha convertido inesperadamente en una reivindicación. Encarna acudía a El Diario de Jorge para darle una sorpresa a su nieto Pedro, reencontrándose en plató. Y es que, mientras el nieto vive en Madrid, la abuela tiene su residencia en Linares (Jaén). Precisamente esa distancia fue la semilla para hablar de la okupación.
"Si vuelves a casa y hay un okupa te compro tres pisos"
Los kilómetros que separan a Encarna y Pedro han provocado el planteamiento de una cuestión: ¿Por qué no se muda a Madrid para estar más cerca? La abuela ha sido clara en su respuesta: "Un año me convenció, pero me tuvo que poner una alarma en la casa porque me daba miedo irme y dejarla sola por si se metían…". Raudo y sin pensárselo dos veces, Jorge Javier Vázquez ha tirado de sarcasmo: "Hombre, claro… Es que la okupación… ¡Uno de los grandes problemas de este país!".
Convencido de la veracidad de los datos oficiales, el catalán ha hecho una apuesta en riguroso directo: "Pues escuha una cosa, Encarna. Como tú ahora vuelvas a tu casa y haya un okupa, yo, Jorge Javier Vázquez, te compro tres pisos. ¡Te los pongo a tu nombre, hombre ya!". Pedro, por su parte, ha aportado un matiz clave: "Me parece que ve demasiada tele y demasiados programas que meten un poquito de miedo con este tema".
Antes de que la sorpresa llegase a su fin, Jorge Javier Vázquez ha vuelto a intervenir para pronunciarse sobre este asunto tan comentado como es la okupación: "Ya verás como vas a volver y va a estar todo igual".
Los datos oficiales desmontan las teorías alarmistas sobre la okupación
Lejos del alarmismo que algunos espacios han mostrado sobre la okupación, los datos oficiales reflejan una realidad muy diferente. Según el Ministerio del Interior, en 2023 se registraron 15.289 denuncias por okupación en toda España. Un dato que, si se pone en contexto, demuestra que la okupación no es ni mucho menos el problema masivo que algunos medios pretenden hacer ver.
Actualmente, en España hay más de 26 millones de viviendas, por lo que, en términos porcentuales, solo el 0,05% de los inmuebles están okupados. Este dato desmonta cualquier teoría que busque señalar la okupación como una crisis nacional. Si bien es cierto que para cualquier propietario que sufra una okupación en su vivienda puede representar un problema serio, los datos dejan claro que no se trata de una situación generalizada ni de una "emergencia social".
Además, las cifras muestran que el fenómeno no está en aumento de forma descontrolada. En los últimos años, las denuncias por okupación han ido descendiendo. En 2022, por ejemplo, hubo un 3% menos de denuncias que el año anterior. En 2023, la tendencia se mantuvo y en el primer trimestre del año se registraron menos de 4.000 denuncias.
Por otro lado, es importante diferenciar entre los distintos tipos de okupación. Según la Fiscalía General del Estado, de todas las okupaciones denunciadas en el último año, solo el 0,85% fueron allanamientos de morada, es decir, okupaciones de viviendas habitadas. El resto de los casos corresponden a usurpaciones de viviendas vacías, muchas de ellas en manos de grandes propietarios o bancos. En cifras concretas: de los 9.739 procedimientos judiciales por okupación registrados el pasado año, solo 83 afectaron a primeras residencias.
El peligro de sobredimensionar un problema: los programas que insisten en la okupación
El alarmismo mediático sobre la okupación puede generar una percepción social distorsionada del problema. Programas de televisión como TardeAR, Espejo Público, Y ahora, Sonsoles o Cuatro al día han convertido la okupación en un tema recurrente de sus escaletas, con extensas coberturas que disparan la dimensión del fenómeno y que, en muchos casos, genera una sensación de miedo desproporcionada entre los espectadores.
El tratamiento informativo que algunos espacios hacen de la okupación es especialmente peligroso porque puede provocar una alarma social generalizada. Este tipo de cobertura fomenta la idea de que cualquier persona puede encontrarse su casa okupada al volver de vacaciones –o incluso con bajar a comprar el pan–, cuando los datos oficiales reflejan que este tipo de casos son extremadamente minoritarios.
Además, este enfoque mediático contribuye a desviar la atención de otros problemas estructurales de la vivienda en España, como la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda, la falta de políticas de alquiler asequible o la especulación inmobiliaria. En lugar de centrarse en estos aspectos, ciertos programas prefieren potenciar el miedo a la okupación, muchas veces utilizando casos aislados para generalizar un problema que afecta a una fracción mínima de la población.
El caso de Jorge Javier Vázquez y su intervención en El Diario de Jorge pone de manifiesto la necesidad de contrastar el discurso alarmista con datos reales. Su breve pero contundente discurso en directo ha sido un sarcasmo bien planteado, pero también una invitación a cuestionar la narrativa predominante en ciertos medios de comunicación. Porque, aunque la okupación es un problema para quienes la sufren, no es ni de lejos la "crisis social" que algunos quieren hacer ver.