Hermano Mayor fue un programa de televisión que marcó varias generaciones. Al margen de Pedro García Aguado, el exitoso formato de Cuatro contó con Jero García al frente de las últimas temporadas. Ocho años después de su final, el deportista ha decidido contar lo que nunca se vio en televisión. Dada la gravedad de algunas escenas, el programa de Mediaset España declinó incluirlas en el montaje final.
En una entrevista sin filtros concedida a The Wild Project, el videopodcast de Jordi Wild, el exboxeador y entrenador personal ha relatado con detalle la crudeza de una experiencia televisiva que, según explica, iba mucho más allá de lo que la audiencia pudo imaginar. Amenazas o intentos de atropello son solo dos ejemplos de lo relatado.
Amenazas con un puñal e intento de atropello
"Nosotros estábamos en las trincheras", afirma Jero García. Con esa frase, su intención es resumir lo que supuso ponerse frente a jóvenes conflictivos que, en muchos casos, respondían con violencia extrema. En el programa no se emitieron muchos de esos episodios por la dureza de lo ocurrido: "Eso me lo he comido yo”, aseguró con contundencia, en alusión a las amenazas sufridas: "A mí me han sacado una pistola, me han sacado una extensible, me han sacado un puñal, me han sacado un espray. Ha habido niños a los que he tenido que reducir".
Las situaciones descritas por García pintan un retrato mucho más áspero del que ofrecía el montaje final. "El otro me sacó un puñal y le dije, 'te lo comes'. Y saltó por la ventana el tío. Luego, casi me pilla con una moto". Fragmentos como este no se llegaron a emitir en ningún momento por la dureza de su contenido. Es más, llegó a poner como ejemplo el caso de Andrés, quien le amenazó con un arma: "Veo que saca la pistola y en producción me dicen que es de balines. Cuando veo la pistola, digo, '¿estáis locos?'".
El trabajo de campo, explicó, comenzaba mucho antes de su intervención en pantalla. Durante las primeras 48 horas, un equipo de redacción convivía con el menor y su familia para evaluar el comportamiento del joven en su entorno. A partir de ahí se diseñaban dinámicas específicas, que no eran improvisadas, pero sí dependientes de las reacciones impredecibles de los protagonistas. Jero García entraba en escena a partir del tercer día, cuando el adolescente ya estaba habituado a la cámara y mostraba su conducta real.
"¿Cómo llego yo? A putearte": un método basado en la confrontación emocional
Jordi Wild se preguntaba si existía algún tipo de guion en Hermano Mayor, provocando la respuesta de Jero García: "Yo llegaba al tercer día y, cuando llego yo, los niños ya se han olvidado de las cámaras". El plan de trabajo in situ comenzaba 48 horas antes de que el presentador apareciese en escena, tiempo suficiente como para que el equipo del programa pasase a un segundo plano.
"¿Cómo llego yo? A putearte, porque yo necesito putearte. Tú insuflas un daño a tus padres, había niños que los secuestraban, los insultaban... Yo hacía exactamente con las actividades", defendió después con su habitual estilo directo. Todas esas dinámicas estaban consensuadas con el equipo, siempre adaptadas: "Yo quiero que subas porque, cuanto más subas, la ostia va a ser más gorda. El click positivo va a ser mejor y esa es la base. Tenerle varios días puteándole para que empatice con el daño que comete".
Tras esa fase intensa, se producía un momento de reflexión: la visualización de vídeos con fragmentos no vistos por los propios adolescentes. "Para conseguir eso en un diván tienes que estar dos años, yo tenía doce o 13 días", zanjó Jero, quien precisó que era necesario llevar al límite a todos los participantes, que ya estaban "rotos", para intentar ayudarles . Fue entonces cuando recordó el caso de Alejandro, uno de los más complicados de todas sus temporadas al frente de Hermano Mayor.