No es una historia ni una película, es la cruda realidad de lo que ocurrió hace no tanto tiempo aunque algunos intenten borrarlo de la memoria colectiva. Sus protagonistas no son actores, sino personas de carne y hueso, como tú y yo, que perdieron la vida -o sufrieron la pérdida de un familiar- simplemente por no cumplir con las condiciones vitales que se creían adecuadas para luchar por su supervivencia. 7291, así se llama el documental con el que Juanjo Castro recuerda a los fallecidos en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia. Y no solo eso, con el que se desmontan algunas de las mentiras de Ayuso con respecto a esta gestión. ElPlural ha entrevistado al cineasta, con el que hemos hablado sobre las fuentes con las que contó, sus posibles temores ante la publicación o las responsabilidades políticas del Gobierno madrileño. 

7291 nace de otra obra, aunque no audiovisual: Mirarán de forma indigna, el libro de Alberto Reyero, quien fuera el consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid entre agosto de 2019 y octubre de 2020. Él mismo chocó con Ayuso por la crisis en las residencias y terminó dimitiendo, lo que provocó la publicación de esta obra en la que asegura que la cifra de fallecidos en los centros de mayores podría haber sido inferior de no aplicarse los conocidos como "protocolos de la vergüenza". La propia Ayuso pidió la imputación del político tras su testimonio, sin embargo, Juanjo Castro reconoce que esto nunca le hizo recular en su proyecto. "Ni me lo planteé, yo soy un tipo desconocido. Pensé: 'Leyendo el libro de Reyero, si no lo han metido en la cárcel, a mí me van a hacer muchísimo menos porque no me conoce nadie". 

Castro tenía y tiene muy claro que seguirá apostando por contar la verdad de lo que pasó: "Yo no tengo apoyo público ni dependo del gobierno de turno, así que voy a seguir haciéndolo igual". 7291 arrancó en su cabeza en verano de 2023, momento en el que terminó de leer el libro de Reyero y se puso en contacto con él. "Tenía que parar de leer de vez en cuando porque no podía soportarlo y pensé: 'esto se tiene que saber". Así, el director recurrió esencialmente a dos fuentes principales: las más de 50 horas de vídeos de la Comisión de Investigación de la Asamblea de Madrid, constituida en julio de 2020 hasta que Ayuso decidió acabar con ella, y de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid, presidida por el jurista José Antonio Martín Pallín. 

Pensé: 'Esto se tiene que saber'

Así, el documental "apela a la razón y no entra en sentimentalismos", dando voz a las declaraciones de los responsables y trabajadores de las residencias, los familiares de los fallecidos o los responsables médicos. Ni siquiera hay voz en off y las únicas tres entrevistas externas son las del propio Alberto Reyero, la de Manuel Rico -autor de ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias- y la del periodista Fernando Peinado. "El asunto era ver cómo hacía el documental. Ya sabes el qué, pero el cómo es un tema tan delicado", nos cuenta el también productor, que asegura que ha tratado de ser "lo más imparcial posible". 

Con el objetivo de dar voz a todas las partes, Castro se puso en contacto con el consejero de Sanidad de Ayuso durante la pandemia, Enrique Ruiz Escudero, para que él y la presidenta autonómica participaran en el documental. Sin embargo, su e-mail nunca recibió respuesta. "Yo solo quería saber su opinión, pero, de todas maneras, utilizo plenos de la Asamblea de Madrid en la que hablan ambos y, además, en la Comisión de Investigación hay testimonios que dan la versión oficial de alguna manera", explica. 

Las principales mentiras que destapa 7291

"No pretendo condicionar la historia. Abrumo con datos e información", nos cuenta el director. "Yo te estoy dando unos datos. Mira de dónde venimos y lo que pasó en la pandemia, para que cada uno después saque sus propias conclusiones", añade Costa. 

Y con estos datos, el documental desenmascara algunas de las mentiras del gobierno de Ayuso con respecto al traslado de los ancianos que derivó en la crisis de las residencias. La primera de ellas, Juanjo Castro la resume en muy pocas palabras: "Principalmente que IFEMA fue una campaña de marketing", dice el productor, refiriéndose al hospital de campaña que se puso en marcha para tratar a pacientes de Covid. "Cuando salió en prensa dije 'por fin hacemos algo decente', montamos un hospital, pero no sirvió para nada. Ayuso afirma que eso iba a salvar muchas vidas, que iba a descongestionar los hospitales, pero no sirvió para donde realmente hacía falta, que eran las residencias en ese momento", añade.

El Hospital de Ifema fue una campaña de marketing

Por otro lado, Castro habla de la medida de choque adoptada por el Ejecutivo madrileño: adoptar el mando único sanitario. "Hubo un momento en el que la Consejería de Sanidad tomó el mando de Políticas Sociales. Este mando único significaba que controlas tanto los hospitales públicos como privados, y en la Comisión de Investigación se descubre que había camas libres en estos últimos". 

Y, por último, los conocidos como "protocolos de la vergüenza". "Hubo cuatro protocolos que eran totalmente discriminatorios e impedían que la gente fuera llevada a los hospitales, pero si tenían un seguro médico sí que les derivaban a un hospital privado. Eso está en la Comisión de Investigación también y son datos", sentencia. 

La "pregunta clave" de 7291

Una vez acabado el documental, Juanjo Castro habla de lo que para él es "la pregunta clave". "Yo entiendo que a cualquier persona le puede sobrepasar en un primer momento porque fue una situación tremenda, pero es que, después, se tomaron decisiones que fueron en contra de la gente. Y no solo eso, sino que se murió mucha gente. ¿Por qué se tomaron esas decisiones?", plantea el director.

Así, el cineasta explica el que, bajo su visión, es el "spoiler del documental": "¿Por qué la atención primaria fue al Ifema y no a residencias como tenían previsto?". "¿Por qué cuando tenían decidido llevar la atención primaria a las residencias, que es donde se estaba muriendo la gente como loca, decides llevar a la gente al Hospital de Ifema durante cinco semanas? Era gente afectada por el Covid, pero leve. En esas cinco semanas murieron 17 personas en el hospital Ifema de campaña y mientras murieron 5000 personas en residencias, donde no fueron atendidos", explica. 

¿Por qué la atención primaria fue al Ifema y no a residencias como tenían previsto?

Tal y como él mismo subraya, no solo hay que hablar de estos fallecidos, sino también de las "condiciones en las que murieron", privándoles de una "muerte digna". Por ello, Juanjo Castro hace un llamamiento a que se tomen "responsabilidades políticas", no sin mencionar antes que también existen las "irresponsabilidades políticas", y a que se tomen medidas de cara al futuro. Hablando en plata, que al menos todo esto sirva para aprender y subsanar errores de cara a una tragedia similar.  

"Yo lo que quiero es que el espectador se identifique con las familias, también de una manera egoísta. Es decir, todos llegaremos a viejos, con lo cual tenemos que ver qué modelos de trato a las personas mayores queremos. Si no pensamos en ellos, ¿qué va a ser de nosotros? El mal ya está hecho, el dolor de esas familias ya no se puede mitigar pero, por lo menos, sacar unas conclusiones". Nada más que decir. 

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