Elisa Mouliaá sigue acumulando problemas. Hace unas semanas, Fiesta aseguraba que había tenido problemas con su excasera por haber alquilado la vivienda en la que residía a sus espaldas. Finalmente, la actriz dejaba el piso, pero la mujer afirmaba que los había dejado "fatal" y "en malas condiciones": "Ha estado llevando a decenas de personas y se ha llevado los muebles sin nuestro consentimiento". Tras negar estas informaciones, Mouliaá ha hablado con el mismo programa y, en esta ocasión, ha denunciado acoso y vandalismo.

La intérprete ha contado que está siendo víctima de acoso tanto en su domicilio como en su negocio. Según su relato, alguien timbra el telefonillo de su casa cada madrugada y, por otro lado, han vandalizado el escaparate de su tienda. "Tuve que ir a comisaría porque ya eran demasiadas cosas, demasiados sucesos. Ya no solo por las redes sociales. Fui a abrir la tienda y el cierre estaba totalmente destrozado", ha narrado. Desde hace meses, la actriz ha denunciado la oleada de críticas y ataques que tiene que atajar en las redes sociales a raíz de la denuncia a Íñigo Errejón por presunta agresión sexual.

"Al principio me cerraron el canal online. He tenido que volver a empezar de cero. He perdido como unos mil y pico euros. Me he cambiado de casa y, de repente, alguien por redes sociales me ha dicho mucha información de esa casa: el precio de mi nueva vivienda, me decía el nuevo barrio y me decía cosas de mi pareja muy... Bueno, pues que nadie sabe. Pero estuve recibiendo llamadas a mi casa", continuaba detallando Moluiaá.

La madrileña aseguró que el tipo de informaciones que maneja esta persona trascienden los límites de la normalidad: "Es súper raro que alguien sepa, a no ser que, o bien te conozca o bien que te siga... Da mucho miedo. Me he desconectado de ciertas redes sociales". Por ello, Mouliaá llegó a mostrarse ligeramente arrepentida de denunciar al ex de Podemos: "Son consecuencias que yo no vi venir, obviamente y, si las hubiera visto venir, igual me hubiera pensado dos veces el denunciar".

La actriz denunció al expolítico en octubre de 2024 y en enero de este año, el juez Adolfo Carretero les llamó a declarar. Era el momento de que ella ratificara su denuncia y él pudiera defenderse de las acusaciones, pero el proceso se encuentra paralizado. Tras escuchar a los testigos y recibir documentos esenciales como el informe psiquiátrico del doctor José Cabrera y el psicológico de Jose Capote, el magistrado consideraba que faltaba una "prueba esencial"

Sin embargo, el exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados se negaba, de nuevo, a entregar su teléfono móvil para analizar las conversaciones que habría tenido con la actriz tras la noche de los hechos que señala Mouliaá. La acusación popular lo acusó entonces de desobediencia judicial, mientras que Errejón se agarra a su privacidad y tacha de "estrafalario" que esta acusación popular haya solicitado una ampliación de su causa para que se le impute un nuevo delito por desobediencia judicial.

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