La entrega de este fin de semana de Anatomía de… tenía como protagonista a una de las voces más representativas del panorama ochentero español. El día que mataron a Miguel Bosé. Así se tituló el nuevo episodio del programa que emite LaSexta en la noche de los domingos. Un espacio destinado a reconstruir cómo se viralizó “el bulo que marcó la vida y la carrera” del cantante, además de exponer ante el gran público la dualidad del artista con las vacunas. Y es que, como recuerdan en el programa presentado por Mamen Mendizábal, el artista pasó de ser un firme defensor de las vacunas contra el SIDA, a abonarse y propagar la conspiranoia con las del coronavirus.
El programa arrancó viajando a 1992, año en el que una emisora de radio mató a Miguel Bosé. El 16 de octubre de ese mismo año, los locutores de Cadena Ibérica dieron la presunta noticia, incluyendo la hora y el lugar de su muerte. Aquello fue la guinda del pastel armado con años y años de rumores sobre la vida privada del artista, que aludían a su delicado estado de salud y se incrementaron con los bulos que apuntaban a una afección de SIDA.
En LaSexta se apoyaron sobre las voces de algunos de los protagonistas de estos hechos, partiendo del testimonio de Mercedes Milá -amiga personal del cantante-, quien fue la encargada de hacer la entrevista con la que se desmintió el bulo. A ella se le sumó Iñaki Gabilondo, que contactó con el propio Bosé a través de su programa de radio, y Manuel Campo Vidal, entonces director de Antena 3, entre otras celebridades del mundo periodístico.
La historia es conocida por muchos. Sobre todo quienes vivieron aquellos alocados años después de la Transición. Fueron testigos de la involución de un Miguel Bosé que en aquella época se mostraba como “sex symbol” – en palabras del director de cine Pedro Almodóvar -, luchador por los derechos LGTBI y defensor de la vacuna contra el SIDA, a un personaje desfigurado por el paso del tiempo hasta el punto de difundir teorías de la conspiración en sus redes o entrevistas sobre las vacunas contra la Covid-19, por ejemplo.
De hecho, LaSexta profundizó en esta contradicción al final de la entrega, con un rótulo que evidenciaba su dualidad y que rezaba lo siguiente: “Miguel Bosé fue uno de los máximos defensores de la investigación para desarrollar una vacuna contra el SIDA. Actualmente, se declara antivacunas”.
El día que mataron a Bosé
Todo comenzó en 1980, cuando la revista Pronto publicó que sufría una "grave y misteriosa enfermedad", iniciando así una larga cadena de especulaciones. A lo largo de los años 80 y principios de los 90, estos rumores se intensificaron, apuntando incluso a que el cantante padecía sida, a pesar de no existir pruebas.
En 1992, la situación se volvió insostenible. Unas fotos filtradas - realmente tomadas durante el rodaje de una película donde Bosé interpretaba a un pintor enfermo - alimentaron aún más las especulaciones. Para el papel, el artista había adelgazado drásticamente y perdido el pelo, lo que fue malinterpretado como signo de enfermedad real. La prensa del corazón no tardó en explotar estas imágenes, asegurando que estaba gravemente enfermo.
Ese mismo año, un artículo en El Mundo insinuaba que Bosé agonizaba en una UCI de Madrid. Las llamadas a redacciones se multiplicaron y la tensión creció hasta el punto de que, el 16 de octubre de 1992, el periodista Juan Maya lo dio por muerto en directo en Cadena Ibérica, afirmando que había fallecido en el hospital Ramón y Cajal. Fue el culmen de más de una década de rumores.
Indignado, Bosé desmintió públicamente estas informaciones en una entrevista con Iñaki Gabilondo, amenazando con “destruir” a quien había difundido el bulo del sida. Sin embargo, los rumores no cesaron. No fue hasta el 17 de noviembre de 1992, un mes después de su "muerte", cuando reapareció públicamente en el programa de Mercedes Milá, Queremos saber. Con un lazo rojo en apoyo a la lucha contra el sida, Bosé cerró el círculo de una historia mediática tan escandalosa como absurda.