Un cisma conservador procedente de Belén ha llegado al norte de la península y el desplazamiento de Sus Majestades de Oriente está en juego. Gijón, ciudad más poblada de Asturias, se ha convertido en el último campo de batalla de los partidos de la derecha española. No es para menos. La presencia de tres dromedarios en la Cabalgata de los Reyes Magos ha sido finalmente descartada y Sus Tres Majestades tendrán que elegir otro medio de transporte. En el aire, estrella mediante, queda el coste del servicio encargado y la no menos importante tradición.

El Ayuntamiento señala a la izquierda gijonesa, pero lo cierto es que los partidos políticos conservadores cuentan con mayoría absoluta en el consistorio. Carmen Moriyón, alcaldesa de Foro Asturias (partido fundado por Francisco Álvarez-Cascos), apunta a un “intento de boicot” de las fuerzas progresistas, pero los que fueran sus socios de Gobierno no opinan lo mismo. Vox ostentaba la concejalía de Festejos y de Divertia (empresa municipal), pero Moriyón decidió expulsar a los ultraderechistas tras su intención de censurar determinadas proyecciones en un festival de cine.

“A dos días de la Cabalgata no es de recibo que la alcaldesa se haga la nueva con la ley que pone en entredicho los contratos de Divertia con la empresa propietaria de los dromedarios”, clama ahora la formación de extrema derecha, en palabras de su diputada Sara Álvarez. "Esas actuaciones personalistas, escandalosas y polémicas de la señora Moriyón, cortando en seco lo que no controla se tienen que acabar", ha añadido la edil, que asegura que “ha convertido en costumbre dar carpetazo a lo que no le conviene”.

La alcaldesa echa balones fuera, pese a que la decisión ha sido suya. “No vamos a exponernos a que el gran trabajo que se ha hecho desde Divertia de cara a ofrecer una cabalgata espectacular se vea empañado por posibles denuncias promovidas desde lo ideológico”, ha justificado, asegurando que la izquierda “no quería que hubiera Cabalgata de Reyes”. El Partido Popular, que goza de cinco concejalías, guarda silencio. Acusaciones aparte, el foco se sitúa en el coste del servicio.

¿Y ahora quién paga los camellos?

El problema que se le presenta ahora al Ayuntamiento es el pago del servicio contratado que ha cancelado unilateralmente. El empresario damnificado, Rubén Matanza, arrastra un “enfado mayúsculo” y espera que el pago se realice igualmente. “Se han comprometido a pagarlo y espero que lo cumplan”, ha trasladado el propietario de Evecan, que reclama el “cobro íntegro de los 16.000 euros del contrato”. “Moriyón ha tomado una decisión que es un deshonor como asturiana”, ha sentenciado.

La lluvia de caramelos está garantizada en Gijón, independientemente de la presencia de dromedarios; sin embargo, todavía se desconoce si los vecinos deberán rascarse el bolsillo para pagar un servicio que no se llevará a cabo. La pérdida, incluyendo daños y otras partidas, podría rozar los 20.000 euros y saldría de las cuentas del Ayuntamiento. Para conocer los detalles, el Grupo Municipal Socialista ha solicitado acceso al expediente del contrato.

La formación socialista reclama la comparecencia de los responsables "en la posible pérdida de más de 19.000 euros de dinero público", según ha indicado el portavoz socialista, Luis Manuel Flórez. "Lo propio de una gestión digna y acertada de un municipio como el nuestro hubiera sido que, antes de suscribir el contrato, el Gobierno municipal se hubiera cerciorado del cumplimiento de todas las normas vigentes y no al revés", ha añadido Flórez.

"Ahora nos encontramos con la reclamación de la empresa que, ante un desistimiento unilateral, exige el pago de la cantidad convenida que asciende a más de 19.000 euros", ha añadido el portavoz. Desde el PSOE también han asegurado que la presencia de los dromedarios suponía un "retroceso innecesario" y que además "generaba riesgos ya que estos podían asustarse ante las aglomeraciones, ruidos y otras situaciones que pueden generarse en días tan concurridos de público formado en su mayor parte por niños y niñas".

La alcaldesa habla de inseguridad jurídica ante la nueva ley de Bienestar Animal, pero la dirección general de Ganadería y Sanidad Agraria de la Consejería de Medio Rural y Política Agraría del Principado había autorizado al Ayuntamiento el uso de animales. De hecho, varios caballos estarán presentes en la Cabalgata.

La decisión, tomada unilateralmente por la alcaldesa, ha agitado los días previos a la celebración, pero lo importante seguirá en pie. Sus majestades saludarán a los niños de Gijón, a los que esa misma noche entregará sus regalos, y anotarán los nombres de algunos representantes públicos, a los que ya nadie les quita un buen saquito de carbón traído de la cuenca minera.