Después de que el Tribunal Supremo diera luz verde a la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, los nostálgicos pusieron el grito en el cielo, llegando incluso a amenazar de muerte.

Pedro Sánchez y todo su Gobierno en funciones no tardaron en celebrarlo como una victoria de la democracia y anunciaron que pronto se procederá a la exhumación y posterior inhumación en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio: está “muy muy cerca”, dijo Sánchez.

Aún no hay fecha, pero ante la decisión y la celeridad con la que el Ejecutivo parece que pretende sacar los resto de Franco de Cuelgamuros, contrarios a la exhumación se apresuran a visitar su tumba.

Así, la asociación El Valle no se toca realizó una convocatoria para que este fin de semana miles de personas se movilizaran y acudieran al Valle de los Caídos. Y en efecto, fieles a la causa se apostaron frente a Cuelgamuros y guardaron una larga cola para despedir al dictador.