Mientras no veamos la investigación como una inversión y no como un gasto, no habrá una apuesta clara del sector privado por la innovación y el I+D. Es la reflexión que hacía Laura Cruz Castro, una de las investigadoras que ha participado en la elaboración del dossier Investigación e innovación en España y Portugal, del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”. Este macroestudio concluye, entre otras cosas, que el principal desafío al que nos enfrentamos es la limitada implicación del sector privado en la innovación y el I+D, pese a que la pandemia del coronavirus puso de relieve como nunca la importancia que tiene la investigación científica. Asimismo advierte de la necesidad de cambio para que España pueda absorber de forma efeciente los nuevos flujos de financiación europeos.

El dossier Investigación e innovación en España y Portugal ha estado comisariado conjuntamente por los investigadores Luis Sanz Menéndez (CSIC) y Tiago Santos Pereira (Universidade de Coimbra). Por su parte, Laura Cruz Castro (CISIC) y Cláudia Sarrico, (Universidade do Minho) han explorado respectivamente la situación laboral de los investigadores y los vínculos entre ciencia y empresa. Incluye una entrevista con el director de Ciencia Tecnología es Innovación de la OCDE, Andy Wyckoff, que ofrece una perspectiva internacional sobre este asunto y la necesidad de alinear esfuerzos.

La investigación es esencial para el crecimiento económico, pero los recursos para I+D en España y Portugal son inferiores a los de la Europa de los Veintisiete (EU-27). El estudio reconoce mejoras desde 1986, con la entrada de España en la Unión Europea (entonces CEE), pero estamos muy lejos de países como Alemania, Francia o Italia. Además, la crisis financiera de 2008, en nuestro país, provocó un importante freno a la progresión del crecimiento del número de investigadores en el mercado laboral. La participación de España en el total de investigadores de la Unión Europea ha disminuido en los últimos diez años y el crecimiento bruto ha sido de un 10% frente al 46% de nuestros socios europeos.

A modo de ejemplo, si nos fijamos en el número de patentes que se solicitan, que es un significativo indicio del estado de la investigación en un país, en España la primera posición del ranking lo ocupa el CSIC mientras que en los países más potentes económicamente son empresas privadas, tal y como subrayó Catalina Martínez. Cabe precisar que, en España y muy especialmente en Portugal, la proporción de patentes generadas por el sector empresarial es inferior a la media europea. Al mismo tiempo, hay que reconocer la considerable mejora del potencial científico y tecnológico de las universidades y organismos públicos de las dos últimas décadas. La investigadora también destacó como dato negativo uqe las copulbicaciones púlbico-privaddas son mucho menos habituales en la Península que en el resto de países de la UE.

España y Portugal deberían contar con un mayor porcentaje de personal investigador en el sector privado para fomentar la innovación

La inversión empresarial en I-D en España es la mitad de la media de la Unión Europea

Más datos: la inversión empresarial en I+D (BERD en inglés) como porcentaje del PIB en España equivale aproximadamente a la mitad de la media de la EU-27. E incluso la media de la EU-27, que representa el 1,67 % del PIB, es muy inferior a la de los principales competidores de Europa, como Estados Unidos (2,05 %) y Japón (2,60 %).

El principal reto para España, por tanto, es aumentar el número de investigadores que trabajan en el sector privado, dado que la I+D en la empresa impulsa la innovación. Los gastos del sector privado en I+D y la contratación de investigadores en el mundo de la empresa están interrelacionados y dependen de las estructuras industriales de cada país. En este sentido, España se está quedando rezagada respecto a sus socios europeos, ya que la mayoría de los investigadores aún trabajan en el sector público.

Esto se debe a que, tradicionalmente, el sector público de la investigación se ha caracterizado por unas condiciones laborales más estables. Sin embargo, la creciente precariedad de los puestos de trabajo para investigadores posdoctorales en el mundo académico implica que las oportunidades fuera de este ámbito pueden brindar mejores perspectivas. Además, las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por estas condiciones y muchas terminan por abandonar el mundo académico.

Menos del 6 % de los doctores trabaja en empresas privadas, lo que propicia la fuga de talentos.

Asimismo, el estudio hace hincapié en la necesidad de reforzar las políticas centradas en la demanda de investigadores para evitar la fuga de talentos ante la falta de oportunidades de desarrollo profesional. Este fenómeno ya se produjo, en cierta medida, tras la crisis financiera mundial de 2008. Las políticas de recuperación tras la pandemia de covid-19, que también ha afectado al sistema de investigación e innovación, constituirán una excelente oportunidad para mejorar la demanda de recursos humanos en ciencia y tecnología. Estas políticas son fundamentales para garantizar que España no deba enfrentarse continuamente a esta situación.

Laura Cruz Castro subrayó durante la presentación del estudio la importancia de la formación e instó a las empresas a que hagan uso de este conocimiento que hemos generado con un gran esfuerzo. "Los investigadores no salen del vacío ni se improvisan, se preparan durante años. El uso del conocimiento que hemos formado entre todos puede impulsar la innovación y generar bienestar social", dijo durante la presentación del dossier.

Además, España debe afrontar el reto de la limitada empleabilidad de los doctorados en el sector privado, ya que menos del 6 % de los mismos trabaja en empresas privadas.

A modo de conclusión, el estudio destaca que, en los próximos años, la colaboración entre ciencia y empresa, y las asociaciones público-privadas serán cruciales para que España pueda absorber de forma eficiente los nuevos flujos de financiación europeos que estarán disponibles en el marco del plan de recuperación para Europa NextGenerationEU, de la Comisión Europea.