Las calles de Chemnitz (Alemania) han sido invadidas por cientos de ultraderechistas después de que el pasado domingo 800 xenófobos salieran a “cazar inmigrantes” para vengar la muerte de un ciudadano alemán de origen cubano que murió acuchillado la madrugada de ese mismo día. La plaza Karl Marx fue el punto de partida de la marcha neonazi, donde también se había convocado una concentración contra la xenofobia que recogió a un millar de participantes. Las autoridades locales desplegaron un fuerte contingente policial para evitar encontronazos entre las dos manifestaciones, según informa EFE. El ambiente, describen, era muy tenso por parte de ambos lados.

La llamada “cacería de inmigrantes” se produjo tras una extraña discusión que protagonizaron diez hombres, todos extranjeros, que terminó con la muerte del alemán de 35 años. Lo que surgió después, según cuenta Sonja Penzel, portavoz policial, fue una convocatoria mediante las redes sociales entre hooligans y neonazis de la ciudad para demostrar a los extranjeros “quién manda aquí”.

En la concentración se reconocieron a un grupo de 50 neonazis identificados por las fuerzas policiales como “violentos” quienes “comandaron” al resto, mientras se ignoraba las órdenes de dispersarse de las fuerzas policiales desplegadas por el centro de Chemnitz.

A pesar de que todavía no se conocen con exactitud los detalles del suceso ocurrido la madrugada del domingo, el Gobierno alemán no tardó en lamentar el asesinato y repudiar el “acoso contra quienes tienen aspecto u origen distinto”.

“Lo que pasó ayer en Chemnitz, que en parte se puede ver en algunos vídeos, no tiene cabida en nuestro estado de derecho. En Alemania no hay lugar para la justicia de mano propia, ni para los grupos que quieran propagar el odio en las calles, ni para la intolerancia ni en el extremismo”, dijo el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert. “El Estado de derecho protege a todos y que nadie piense que puede erigirse en juez. Se trata de una intolerable incitación xenófoba”, sentenció.

Según informa la prensa alemana, la cacería de extranjeros fue llevada a cabo por neonazis violentos y simpatizantes de Kaotic, un grupo de hooligans del club de fútbol local Chemnitz FC, los ultraderechistas NS Boys (New Society Boys), identificados por el servicio secreto interno como responsables de enfrentamientos recientes con inmigrantes.

Estas manifestaciones de odio a los inmigrantes en Chemnitz han provocado la alarma entre las autoridades y han despertado la furia entre los habitantes de la ciudad cuando se supo que la fiscalía había ordenado la detención de dos personas, un sirio de 22 años y un iraquí de 23.

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) fue el más votado en la ultimas elecciones a nivel nacional en el estado federado de Sajonia, donde se encuentra Chemnitz. En esta región también surgió el partido Patriotas Europeos, contra la islamización de Occidente, un movimiento xenófobo que consiguió reunir en la ciudad de Dresde a 20.000 personas para pedir “deportaciones masivas inmediatas” en la celebración de su primer aniversario en 2015.

El ministro del Interior de Sajonia, Roland Wöller, a raíz de los incidentes del domingo ha explicado que “la situación creada refleja una nueva dimensión de la disposición a la violencia, acrecentada por la difusión de mentiras”.

La policía de Sajonia tampoco está libre de sospechas. Hace una semana, varios agentes retuvieron durante 45 minutos a un equipo de la cadena de televisión alemana ZDF y le impidieron filmar una manifestación de PEGIDA, que tenía como objetivo protestar por la presencia de la canciller Angela Merkel en la ciudad. La actuación de la policía causó una ola de indignación entre los medios de comunicación y la clase política por la presunta connivencia de los agentes con el movimiento xenófobo.