El Tribunal Supremo ha mantenido la condena de seis años de prisión a un hombre que secuestró a una menor de 15 años, tutelada por la Comunidad de Madrid, a la que acusaba de haberle robado un ordenador, y a la que mantuvo atada y amordazada en un local de su propiedad. En un principio fue condenado a ocho años, pero el condenado recurrió al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, cuyos magistrados estimaron parcialmente el recurso y redujeron en dos años la condena. El hombre volvió a presentar un recurso, en este caso de casación ante el Alto Tribunal, pero el Supremo no ha variado la pena impuesta.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso ElPlural.com, los hechos sucedieron en 2021, "el hombre se acercó a la niña, a quien conocía previamente y de la cual tenía sospechas de que unos días antes hubiera participado en la sustracción de un ordenador de su propiedad o que tenía información del responsables del hecho". 

Le pidió a la menor que lo acompañara al local que regentaba para preguntarle sobre la sustracción, accediendo ella voluntariamente a acompañarle. Una vez en el interior, como tenía la pretensión de retenerla hasta que obtuviera la información que deseaba, "procedió a cerrar la persiana metálica, y condujo a la menor al sótano donde la amarró con cinta americana a una silla, dejándola en ese estado mientras él abandonaba temporalmente el local", asevera el fallo. 
Al quedarse sola, la niña logró desatarse y subió a la planta principal con acceso a la calle, donde intentó huir del lugar, sin conseguirlo porque la habían dejado encerrada, ante lo cual cogió un cuchillo para protegerse y realizó una llamada a emergencias con un teléfono que encontró y que al carecer de tarjeta SIM solamente permitía ese tipo de llamadas, sin poder recibir ninguna.

Cuando regresó el procesado, al percatarse de que la menor se había soltado, "y tras lograr quitarle el cuchillo, la bajó de nuevo al sótano donde la ató fuertemente con unos cables, poniendo la música a gran volumen, y seguidamente procedió a sujetarle todo el cuerpo con cinta americana fuertemente apretada, quedando completamente amordazada e inmovilizada desde debajo de los ojos hacia los pies, y con la finalidad de acentuar su temor, había colocado junto a ella un serrucho, un cuchillo de grandes dimensiones, unos alicates y un martillo, colocándose encima de ella mientras le preguntaba por el ordenador diciéndole que la cortaría a pedazos si no le daba la información". 

Por suerte, y gracias a la llamada que había hecho, al local accedieron agentes de la Policía, y tras encontrar la puerta de acceso al sótano que se hallaba culta bajo el mostrador, lograron reducir y detener al procesado y liberar a la menor. Por estos hechos, la menor, que se encontraba tutelada por la Comunidad de Madrid desde el 11 de junio de 2018, sufrió ansiedad, ligero eritema en miembro inferior izquierdo, antebrazo y espalda y abrasión lineal suprapúbica.
En su recurso, el ahora condenado quería que se anulase la sentencia porque la niña no acudió al juicio. Sin embargo, los magistrados del Supremo desestiman el motivo de recurso porque "simplemente no se la pudo localizar", y la declaración que realizó la menor en instrucción "era válida".