La comparecencia en la comisión de Kitchen del comisario jubilado José Manuel Villarejo dio un vuelco cuando el diputado del PP, por cierto valenciano y amigo personal del expresidente valencia Eduardo Zaplana, Luís Santamaría, le pregunto a Villarejo por el caso Erial. Según las fuentes de los casos Tándem, Erial y Taula consultadas por ElPlural.com, tanto el PP como Villarejo buscan otra caso Naseiro, donde las escuchas que evidenciaban la financiación irregular del Partido Popular fueron anuladas, lo que obligó a archivar el caso. Un caso donde estaba metido Eduardo Zaplana. 

Tras la pregunta de Santamaría, el policía retirado y principal acusado del caso Tándem aseguró que el exministro del Interior del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ordenó al CNI “destruir” a Zaplana a través de un imán de origen sirio. Persona que sería el imán sirio que encontró los papeles con los que comenzó la investigación del caso Erial. Según Villarejo, ese hombre era confidente del CNI

Rocambolesco

Lo narrado por José Manuel Villarejo es más propio de una película de espías de tarde de domingo, que de una basada en una novela de John le Carré, pues los ‘fallos’ que los guionistas de lo sucedido ayer en el Congreso de los Diputados no previeron, desmontan como un castillo de naipes el intento de acabar por la vía Villarejo con una causa judicial que no han podido echar por tierra. De hecho, la Audiencia Provincial de Valencia no solo ha avalado sistemáticamente al Juzgado de Instrucción Número 8 de Valencia, sino que ha tumbado todos y cada uno de los recursos que la defensa de Zaplana ha interpuesto. 

El primero de esos fallos de guion es que esos papeles, que mostraban la ruta seguida por Zaplana para el presunto amaño de los contratos de las ITV y el plan eólico, no los entregó el presunto confidente del CNI a las autoridades como hubiera sido lo razonable si el ‘contubernio’ CNI/sirio hubiera sido real.

Por el contrario, los famosos papeles los incautó la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en un registro del caso Taula, en el que se investiga el presunto amaño de contratos de la Diputación de Valencia. Una investigación que comenzó con la denuncia de la diputada de Izquierda Unida Rosa Pérez Garijo cuando estaba en la oposición, pues el PP tenía mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana. Un caso que tenía como principal investigado al expresidente del ente, Alfonso Rus, que no era precisamente una pieza de caza mayor para el CNI ni para el PSOE de Zapatero.

Con toda esta historia tan rocambolesca es cuando surge la segunda pregunta: ¿Tenía el director del CNI, Félix Sánz Roldán, una bola de cristal que le permitiera saber que cuatro años después de que Zapatero abandonara la Moncloa, y otros tantos después de que el sirio le diera los papeles a Marcos Benavent, la diputada de Izquierda Unida Rosa Pérez Garijo presentaría una denuncia por el amaño de contratos de la Diputación de Valencia? 

La historia contada este miércoles por Villarejo a preguntas del PP es tan inverosímil que las fuentes de Kitchen, Erial y Taula describieron el momento como de “circo organizado por Villarejo en connivencia con el PP”, así como de “cuento chino”. Aseveran que el único objetivo es conseguir un nuevo caso Naseiro, pero al mismo tiempo explican que con Erial no lo va a conseguir, “pues toda la investigación, tanto policial como judicial, se ha hecho con luz y taquígrafos”.