El ex jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Enrique García Castaño volvió a declarar este martes como investigado en la Audiencia Nacional en relación a la pieza Kitchen del caso Villarejo, que investiga un supuesto operativo policial sin control judicial para sustraer al extesorero del PP Luis Bárcenas documentación sensible que obraba en su poder.

García Castaño, apodado El Gordo, ha cantado. Según El País, declaró que robó la información de varios terminales móviles y se la entregó en un pendrive al entonces número dos de Interior, Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad.

Según ha relatado, se valió de la ayuda de Sergio Ríos, el chófer de Bárcenas, que estaba en nómina de la red, para conseguir la información de los teléfonos.

El chófer del extesorero cobrara unos 2.000 euros al mes por sus servicios entre los años 2013 y 2014, tal y como figuraba en los recibís que encontró el Gobierno y que prueban el espionaje a Bárcenas.

El Gordo incluso ofreció detalles de cómo fue el robo de los dispositivos. Concretamente, contó que colaboró con Sergio Ríos, quien perpetró el robo en una cafetería y, luego, le entregó la información.

También declaró ante el juez que él mismo dirigía parte de la red, haciendo encargos a sus subordinados para controlar a personas del entorno de Bárcenas. Y todo esto por orden del entonces número dos de la Policía Nacional, Eugenio Pino, presunto muñidor de la trama.