Manuel Piñar, el juez del Juzgado de lo Penal 1 de Granada que condenó a cinco años de cárcel a Juana Rivas, ha denegado este viernes dejarla en libertad tal y como había pedido su abogado después de que el Gobierno le concediera un indulto parcial.

Finalmente, esa condena se quedó en dos años y medio por parte del Tribunal Supremo, y tras la medida de gracia del Gobierno se queda en el año y tres meses. Ante una condena tan reducida, la defensa de Rivas consideraba que cumplía los requisitos para ello.

Sin embargo, Piñar considera que dejar en “plena libertad (..) podría representar un grave peligro para sus hijos”. Y es que en la práctica, además se consideraría una supresión de la pena que cumple en un Centro de Inserción Social en Granada capital, de donde sale solo dos días a la semana y algunos fines de semana.

Entre los motivos, el juez indica que no existe un arrepentimiento: “En varias ocasiones ha manifestado que no se arrepiente y lo volvería a hacer”. Además, indica que es “fiel a ese propósito, repitió la misma conducta, tras ser condenada en esta causa y estando los menores en Italia”.

Sin embargo, lo que más sorprende es que los menores correrían peligro por "malos tratos sexuales". Así, expone “el peligro que para los menores, supondría la plena libertad de la madre, según se deriva de los datos obrantes en la causa, a los folios 1.022 y 3.130, que arrojan indicios de abusos sexuales a uno de los menores cuando estaban bajo su custodia”.

Con estas palabras, el juez indica que tras un viaje durante un fin de semana se llegó a poner una denuncia por presuntos malos tratos sexuales contra los niños. Sin embargo, aunque llegaron a realizarse varias pruebas periciales forenses sobre los niños, el caso quedó en suspenso.

A lo largo del auto, el juez indica la "probable reiteración delictiva, podría poner nuevamente en grave peligro a los menores”. Así, indica que el juzgado “ya no sabe cómo hacer que llegue al conocimiento de los restantes tribunales, y por supuesto del Gobierno, que estando los hijos bajo el cuidado y custodia de la madre, uno de ellos fue abusado sexualmente, según dictaminó la pediatra, un forense y manifestó el propio menor. Mientras tanto, al poco de constatarse estos hechos, la madre oculta a los niños, precisamente en el momento en que la presencia del menor era esencial para la investigación. Sobre este hecho se ha echado tierra encima y se ha soslayado su trascendencia, bajo la apariencia de ser la penada una víctima de un maltratador, cuando después de la única condena habida, se reconcilia, concibe otro hijo, sin que haya habido ningún otro episodio acreditado de maltrato”.

Además, Piñar explia que “es posible que [Rivas] haya sido víctima de malos tratos continuos como ha manifestado a pesar de que no existen condenas, pero también es probable que uno de sus hijos haya sido víctima de abusos sexuales por deficiencias en la vigilancia ejerciendo la guarda y custodia, aunque tampoco hay condena. Cierto que no se he determinado el autor de la brutal agresión padecida por el menor y por eso fue sobreseída, pero el hecho sigue existiendo y tuvo lugar estando el niño bajo la custodia de la madre. No se trataba de un niño que por su edad, sale a jugar o vuelve del colegio y es abordado y abusado, sino de uno de muy pocos años que deber ser controlado y vigilado en todo momento porque no puede valerse por sí mismo”.

“Esto no es un capricho ni una cruzada contra nada, sino una cuestión arraigada en unos hechos; ahí están los informes de la pediatra y de la forense, las fotografías tomadas al menor demostrativas de lo ocurrido, que puede ocurrir porque el menor estaba con su madre”, comenta el juez. Así, reitera que “no ha lugar a conceder el beneficio de suspensión de la ejecución de la pena de prisión que resta por cumplir a la penada Juana Rivas”.