El juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, arrancaba a principios de esta semana encontrando varios episodios que van a formar parte de la historia que va a marcar este caso. El fiscal se enfrenta a los tribunales al estar acusado, presuntamente, de haber filtrado a los medios de comunicación el email con el que Alberto Gónzalez Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, reconocía haber defraudado a Hacienda. No obstante, todo lo relativo a esta causa está encontrando numerosos elementos que despiertan polémica, como el hecho de que hasta ahora apenas se han investigado otras vías que podrían haber hecho llegar a la prensa la confesión de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid. 

Precisamente, esto último era algo que la defensa de García Ortiz, la abogada del Estado Consuelo Castro, recriminaba al juez Hurtado, encargado de la instrucción del caso y que ahora es uno de los siete magistrados que componen el tribunal encargado del proceso en el Supremo. Entre las críticas que Castro hacía a la manera en la que Hurtado gestionó la fase de instrucción, le acusaba de llevar a cabo una investigación "inquisitiva y prospectiva" en la que no se estaban garantizando los derechos del fiscal general y en la que no se le está permitiendo defenderse de manera adecuada. No solo eso, sino que cargaba contra él por haber hecho, a su modo de ver, un análisis "unidireccional" de los hechos en los que, tal y como apuntaba la abogada del Estado, ha preconcebido desde el inicio la culpabilidad de García Ortiz y no ha ahondado en otras vías por las que el email de González Amador pudiera haberse filtrado.

Fueron más los elementos que marcaron la primera jornada de este juicio, entre los que estuvieron hallar a García Ortiz vestido de toga en la sala a pesar de su condición de acusado. Tras responder con un "no" a la pregunta de si se considera culpable de los delitos que se le acusan, como es el de revelación de secretos, la sesión arrancaba y daba lugar a un cruce de declaraciones que evidencian la existencia de bandos opuestos en la Fiscalía en lo relativo a este caso.

Cruce de versiones: Lastra sospecha de García Ortiz y Julián Salto habla de una campaña de "desinformación"

El inicio el juicio a Álvaro García Ortiz estuvo marcado por las declaraciones de distintos miembros de la Fiscalía, que revelaron visiones opuestas de los hechos que se juzgan. Así, mientras Almudena Lastra, fiscal superior de la Comunidad de Madrid, exponía que ella alertó de que la filtración de los correos electrónicos se iba a efectuar, tanto Pilar Rodríguez como Julián Salto y Diego Villafañe entendían que la información que García Ortiz solicitó sobre la investigación a Gónzalez Amador no era algo que despertara alarmas.

En su turno de testificar, la fiscal superior de la Comunidad Madrid, Almudena Lastra, detalló que, tras recibir un aviso de su jefe de prensa en el que le alertaba de que había sido difundido un “bulo” por parte de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, habló con el fiscal general y acordaron emitir al día siguiente una nota de prensa. Este comunicado se prepararía para desmentir la noticia que había publicado El Mundo y que señalaba que el Ministerio Público habría ofrecido y luego retirado a Alberto González Amador un pacto en relación a dos delitos fiscales.

Sin embargo, según expuso Lastra, su preocupación se despertó cuando Julián Salto, fiscal de Delitos Económicos y encargado del caso del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, le llamó para decirle que Rodríguez le había pedido los correos intercambiados con el abogado del empresario y que ya los había remitido a la Fiscalía General.  Fue entonces cuando Lastra llamó a Pilar Rodríguez,  jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, y le mostró su preocupación porque, tal y como declaró en el juicio, los emails pudieran ser filtrados. Una llamada que Rodríguez negó en el juicio que se produjera.

Aquello ocurrió el 13 de marzo. A la mañana siguiente, según el testimonio de Lastra, preguntó a García Ortiz si había filtrado los correos electrónicos y este le respondió que "eso no importa ahora". 

La versión de Pilar Rodríguez contradice a la de Lastra. De esta manera, la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid aseguró en su testimonio que no fue advertida y que tampoco se mencionó la posibilidad de que la filtración se produjera. Negó cualquier irregularidad en el proceso y sostuvo que actuaron así para frenar los bulos que afectaban a la Fiscalía. No solo eso, sino que subrayó que el 14 de marzo García Ortiz le comunicó que Lastra estaba “poniendo muchas dificultades” para publicar la nota de prensa en la que se aclarara el asunto. En relación a esta parte, Lastra afirma que nunca tuvo intención de contar nada  era "un ciudadano particular" y que al ser alguien "del entorno" de una figura de relevancia, no era necesario informar sobre él al no tratarse de una personalidad pública.

Por su parte, Julián Salto confirmó que trasladó los emails mientras se encontraba en un partido de fútbol y que no le resultaba extraño tener que dar cuentas de sus procesos a cargos superiores. "Para que no me vuelvan a llamar por la noche, mando los correos a las dos, dado que se ha convertido en un asunto de trascendencia nacional porque se ha filtrado un correo mio que no deberían tenerlo ni el señor González Amador ni el jefe de Gabinete de la Comunidad de Madrid", explicó ante los jueces en el Tribunal Supremo. En su declaración, Salto subrayó que nunca ofreció un pacto a la defensa de González Amador y calificó la información inicial como parte de “una campaña de desinformación” que dura ya veinte meses. De hecho, apuntó que ni siquiera las condiciones necesarias para un acuerdo ante circunstancias como que no no era el momento procesal oportuno o que no se habían reconocido los hechos ni reparado el daño.

El último en declarar fue Diego Villafañe, teniente fiscal de la Secretaría Técnica, quien defendió la actuación de la Fiscalía General y el uso del procedimiento de dación de cuentas. Recordó que en el último año activó más de 200 de estos protocolos y que hizo lo mismo en otros casos de relevancia, como el de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Villafañe fue más allá y acusó a Lastra de mostrar una “animadversión evidente” hacia García Ortiz y otros miembros de la cúpula fiscal, así como de lanzar “críticas infundadas” en distintos foros públicos.

La ovación a García Ortiz a su salida del Supremo

Antes de su partida hacia el Tribunal Supremo, García Ortiz ya recibió el aplauso de varios compañeros que lo apoyaban ante un caso sobre el que se vienen planteando dudas sobre hechos como la manera en la que se ha gestionado el proceso de instrucción y que el foco de la filtración se haya puesto directamente sobre el fiscal general sin apenas plantear dudas sobre otras posibles vías.

A su salida del Supremo, varios compañeros esperaban de nuevo a Álvaro García Ortiz, que recibió de nuevo una ovación y una muestra de apoyo ante el proceso judicial que enfrenta.

 

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