Nueva vuelta de tuerca en el Tribunal Supremo en la causa que investiga el supuesto cobro de comisiones por parte del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, su asesor, Kodo García y el empresario Víctor de Aldama en el caso Koldo. Unas comisiones que se habrían pagado tras el amaño de varios contratos relacionados con la compra de materia sanitario durante la pandemia. Este miércoles ha declarado como testigo Leonor Pano, expareja de Aldama. Pano aseveró a un periodista que José Hidalgo, CEO de Globalia, entregó 500.000 euros a Aldama para Koldo y el exministro Ábalos. Un pago que estaría relacionado con el rescate de Air Europa. Sin embargo, ahora, la que fuera novia de Aldama ha negado saber si ese dinero era o no para José Luis Ábalos, cambiando por completo sus declaraciones ante este periódico.

Pano ha explicado que Aldama le contó lo de la recepción del dinero, pero que no le dijo que fuera para Ábalos. De hecho, la mujer ha cargado contra el periodista, al que ha acusado de publicar la conversación que mantuvo con ella pese, y siempre según su declaración, haberle dejado claro que lo que le estaba contando no se podía publicar. Esta declaración, carece de valor para la investigación del amaño de contratos, pero la solicitaron las acusaciones de extrema derecha. De hecho, el magistrado instructor del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, ha dejado bien claro que solo se basa en informaciones periodísticas.

Y mientras su ex...

Y mientras Leonor Pano declaraba en el Supremo, su ex, Víctor de Aldama, protagonizaba un espectáculo bochornoso en la comparecencia de prensa de Leire Díez. Recién finalizada la declaración de Leire Díez, quien se había limitado a hablar sobre el libro que está escribiendo como “periodista de investigación” y actuando en nombre propio, “no de ningunas siglas”, aparecía el empresario corrupto provocando una auténtica avalancha que hacía a la protagonista huir corriendo, a la misma velocidad que su interlocutor y que los cientos de periodistas que se encontraban en la sala. Ordenadores rotos, botellas de agua y cristales en el suelo y sillas colocadas de forma tan milimétrica como después de un gol para ganar un mundial en el minuto 116.

Un escenario en el que la voz de Aldama se hacía notar: “Vengo aquí para desmontar a la sinvergüenza esta. ¿Ustedes no creen que todo es un paripé? Una señora que dice estar haciendo un trabajo de investigación y amenaza a un teniente coronel de la Guardia Civil y a un civil como a mí. Ustedes son periodistas, no dicen que a Aldama hay que callarlo sí o sí".

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