La Fiscalía Anticorrupción ha avisado a José Luis Ábalos y su escudero Koldo García de que la particular gira que están haciendo por los platós de televisión no se traduce en una cooperación con la justicia, sobre todo teniendo en cuenta las facilidades con las que los imputados hablan de temas que se encuentran bajo investigación y de todas las veces en las que no han ofrecido ninguna colaboración e incluso han entorpecido mediante recurso el avance de los procedimientos.
Sobre la posibilidad de prestar las declaraciones que consideren oportunas sin limitación de número de veces, la Ley de Enjuiciamiento Criminal proyecta en su artículo 400 que el procesado podrá declarar “cuantas veces quisiere” y que el juez “la recibirá inmediatamente la declaración si tuviese relación con la causa”. Por el momento, ni el exministro de Transportes ni su asesor han utilizado ninguna en las diferentes piezas que le cercan. Entre las opciones de las que los dos disponen se encuentra la posibilidad de alcanzar un pacto con el Jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón
Lo que sí han hecho los dos ha sido pasearse por los platós de televisión para verter amenazas contra el Gobierno de España y su presidente, Pedro Sánchez, antes de entrar en prisión, pero en cierto modo también después. Así las cosas, si previamente la persona que ejerce de mano derecha del que fuera responsable de Transportes mostraba incluso una mochila con las cosas que se llevaría a prisión, una vez ya dentro el hijo de Ábalos concedía una entrevista a El Mundo. Todo ello a la vez que el predecesor en un cargo que ahora ostenta Óscar Puente aseguraba que el secretario general de los socialistas se había reunido con Arnaldo Otegi en aras de la moción de censura a Mariano Rajoy.
Con todo, los dos procesados acudieron al Tribunal Supremo esperando a que las acusaciones lanzadas contra Moncloa les fueran útiles para la solicitud de prisión quedara desactivada, pero no ha sido así, y es que los tribunales dejan claro que lo que pasa fuera de los tribunales, ahí se queda.
Así las cosas, la única vía que los queda de pacto y que, en este instante, no han recorrido, pasa por la pieza en la que también aparece como investigado Santos Cerdán y que se centra en al atribución de distintas adjudicaciones de grandes obras. Cuando el juez los intentó interrogar sobre ello, los dos callaron.
Otras opciones
Cooperar por este lado de la causa les abriría la posibilidad de rebajar la suma de penas. Más en detalle, esta pieza se juzgará en una vista oral independiente y añadirá solicitudes de condena a la primera de las mascarillas. El estado de dicho procedimiento, que todavía se encuentra en desarrollo y tiene varios frentes abiertos, posibilita todavía una flexibilidad que no permite el primero. Eso sí, siempre que cuente, con pruebas que lo respalden.
Hasta entonces, la postura de Anticorrupción parece inquebrantable. En el transcurso de un informe de la semana pasada en la vista que terminó por condenar a ambos a prisión, Luzón emitió que fue el puesto que ocupaba Ábalos lo que le permitió cometer los delitos que se le atribuyen. Emitió el Jefe Anticorrupción que “ningún poder del Estado tiene derecho a sustraerse de la acción penal” y que la Justicia se representa “con una venda en los ojos” para tratar de defender que nadie está por encima de la ley.
El pasado jueves el magistrado del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, decretaba prisión provisional para Ábalos y Koldo; 24 y 19 años respectivamente y sin fianza por el riesgo de fuga por el caso mascarillas. Los delitos de los que se los acusan son integración en organización criminal, cohecho, uso de información privilegiada, tráfico de influencias y malversación.