En las últimas horas, España ha experimentado un fenómeno meteorológico peculiar. Mientras la nieve finalmente ha hecho su aparición en el Teide después de su ausencia durante el invierno, en la Península Ibérica se han registrado temperaturas inusualmente altas, con noches tropicales en el sur y la presencia de calima. Este patrón no es nuevo y suele ocurrir cuando una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se posiciona al norte de las islas.

Sin embargo, se espera un cambio drástico en las condiciones meteorológicas a partir de la primera parte de la Semana Santa. La DANA se desplazará hacia el sur de la Península para ser absorbida por la circulación general, mientras que desde el norte descenderá un nuevo embolsamiento de aire frío, modificando la dirección de los vientos al noroeste y permitiendo la entrada de aire polar.

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Así las cosas, el lunes, la situación será muy variable con la reabsorción de la DANA por el chorro polar y la presencia de varios centros de bajas presiones en la superficie. Se anticipa un cambio abrupto de tiempo en muchas regiones, pasando de condiciones típicas de finales de mayo o principios de junio a otras más propias de febrero en cuestión de horas. Esto podría resultar en nevadas en algunas capitales durante la primera mitad de la semana.

El martes será el día más complejo de este episodio, con la llegada de aire polar y el descenso significativo de la cota de nieve, provocando condiciones invernales en gran parte del país. Se espera la formación de tormentas, granizo y nieve granulada, así como desplomes en algunas zonas.

Las nevadas más importantes se concentrarán en áreas montañosas como el Pirineo, el Sistema Ibérico, el arco bético y Sierra Nevada, pero no se descarta la presencia de nieve en otras regiones, incluso en algunas capitales durante las procesiones del Martes Santo.

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El miércoles, las nevadas persistirán en el Pirineo occidental, con la cota de nieve aumentando gradualmente. Se espera que más de un metro de nieve nueva caiga en el Pirineo navarro y aragonés, lo que sería beneficioso para la reserva de agua y las estaciones de esquí.

A partir del Miércoles Santo, los vientos ábregos llevarán a la retirada de la nieve en cotas medias y bajas, con un aumento de las temperaturas y precipitaciones generalizadas en la vertiente atlántica. Esto podría afectar a las procesiones, con nevadas limitadas a altitudes superiores y espesores considerables en las cumbres.

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