“Vi que se iba a producir el cambio y dije aquí hay que hacer las cosas bien y ser la primera". Es una de las frases que mejor resumen la figura de Susana Estrada, a la que RTVE rinde homenaje en su nuevo documental ‘Susana y el sexo’.

A lo largo de su dilatada carrera ha sido vedette, actriz, cantante y productora teatral, convirtiéndose en el símbolo por excelencia del cine de destape. Y no lo tuvo fácil. La artista ha tenido que enfrentarse durante sus cuarenta años de carrera a una sociedad que le juzgaba por vivir de manera libre.

En el documental, bajo la dirección de César Vallejo (Nosotrxs Somos, La 2 noticias) y con guión de Valeria Vegas (Veneno), Ángela Gallardo y  de nuevo Vallejo, se redescubre la vida de Estrada de la mano de la propia protagonista.

“A Valeria Vegas la conozco desde antes de que fuera famosa, somos amigas. Lo parimos entre las dos. Querían hacer algo sobre el destape con varias personas de aquella época y acabó derivando en un monográfico sobre mí”, comenta la propia Estrada en declaraciones a ElPlural.com.

“Es una mujer que con un sentido del humor muy particular defendía a veces cosas que eran más complicadas. Me parece que tenía una postura que sorprendía y no se casaba con nadie. Susana se lo merecía”, explica por su parte Valeria Vegas.

“A mí me lo propone Valeria. Yo reconozco que tenía mis propios prejuicios, pero cuando me puse a investigar sobre ella vi que la dimensión del personaje superaba bastante a lo que era el cine del destape, que era lo que buscábamos contar. Pasamos de hacer un documental sobre el cine del destape a ser un documental sobre la libertad sexual", añade Vallejo a su compañera.

Y es que Susana Estrada nunca lo tuvo fácil. La forma en la que reivindicó su liberad y la de todas las mujeres en los setenta, ochenta y noventa chocaban con la sociedad machista, donde se le tachaba automáticamente de “buscona”, tal y como reconoce la artista.

“Tenemos muchos prejuicios sobre la imagen del desnudo. Consideramos que una persona que se desnuda es una persona inválida y le asignamos dinámicas de tipo moral de ser una persona como promiscua, pero la vida de Susana no es así. De ella apenas se conoce nada de su vida personal. Una cosa era su personaje y otra su vida”, explica César Vallejo.

Un sambenito que, con los años, Estrada sigue sin ver bien, ya que sus espectáculos eran todo un referente en la época por modernidad, calidad y éxito de taquilla: “Siempre me ha pasado lo mismo. De ‘Historias de streaptease’ en concreto no era empresaria, del resto, salvo ‘Muñecas’ sí. Pero ahora yo me pregunto el por qué me gastaba tanto dinero en las producciones si todo el mundo se quedaba con el desnudo. Yo quería las cosas bien hechas, con el mejor coreógrafo, los mejores de luces, músicas, quería la excelencia. Así pasaba, tenían mucho éxito y duraban mucho en cartel”.

"A una mujer que se muestra sexualmente abierta y lo manifiesta la sociedad la juzga inmediatamente. Las mujeres más empoderadas son las que sufren censura, como mostrar un pezón. España en 40 años cambia rápidamente, pero no está asentado", comenta Vallejo al respecto.

Y es que cualquier gesto que hiciera Estrada era toda una revolución. Por ejemplo, cuando se le abrió la chaqueta en la entrega de los premios del diario Pueblo junto a Tierno Galván. "Eran unos premios muy prestigiosos, estaba todo el mundo importante de la época", indica la actriz poniendo en contexto a lo largo de la amplia charla.

"Solo se recuerda mi entrega de premios, y había diecisiete o dieciocho antes y otros tantos después. Fue sumamente fuerte, dio la vuelta al mundo. Hubo titulares diciendo que por fin había llegado la democracia a España", explica sobre el momento en el que se mostró un pezón.

La libertad sexual de la que hizo y hace todavía Susana Estrada le salió cara. Gracias a un consultorio sexual que realizó en la revista Play Lady, permaneció sin pasaporte ni derecho al voto por delito de escándalo público hasta el año 1987, cuando la democracia ya estaba bien asentada en España.

"Me quitaron el derecho a voto. Yo no entendía como en una supuesta democracia, con Felipe González, me lo quitaban, e incluso, no a él, pero sí a su entorno les pedí explicaciones. No voté hasta muchos años después. De hecho, como me habían hecho eso ni renové el DNI hasta mucho después", recuerda.

Por ello, permaneció durante años yendo a juzgados a firmar cada pocos días. "Los oficiales de los juzgados me pedían posters y te decían 'hala, hasta dentro de quince días'", comienza explicando con humor.

"Dicho así es muy guay, pero cuando estás trabajando en Palma de Mallorca y tienes que coger un avión según sales de trabajar a primera hora de la mañana a Madrid, ir a firmar al juzgado y volver en el primer vuelo para llegar a Palma de Mallorca y ponerte a trabajar esa misma noche", lamenta explicando que la retirada del pasaporte le arruinó una gira por Sudamérica. "Los españoles íbamos y vamos a ganar pasta", contextualiza.

Sobre este consultorio sexual, explica que las dudas siguen siendo las mismas. "Las nuevas generaciones tienen los mismos problemas. ¿Tú sabes lo que es que te escriba un hombre y te diga que en 40 años con su mujer no la ha visto desnuda nunca? ¿O que te escribiera una mujer con que no sabía lo que era un orgasmo y que temía el sexo porque cada vez que lo hacía tenía una barriga?", cuenta como ejemplos.

"Era todo con la luz apagada, donde solo disfrutaban ellos y donde no había ninguna fantasía. El sexo solo era para procrear. Lo de chuparla ya olvídate. Se iban de putas para que se la chuparan. ¿Cómo le iban a decir a la mujer 'chúpame la polla'? No se le podía decir. Era una mierda de vida sexual la que tenían esos matrimonios. Ellos se resarcían, una mujer con que tuviera tres novios todo el mundo la criticaba porque había pasado con muchas manos. O si había tenido un hijo soltera. A las mujeres nos crucificaban", lamenta.

El destape, un género denostado

Lo cierto es que con los años el destape ha quedado como un cine menor. Sus actrices a menudo han renegado de él o han edulcorado tanto la historia que apenas se puede diferenciar entre lo que ocurrió y lo que sus protagonistas quieren hacer creer al respecto para protegerse de una sociedad que las juzga.

Por ello, el documental sirve como una forma de rendir homenaje a la vedette. "Susana y muchas compañeras no tienen el reconocimiento que realmente merecen. Susana se sale un poco del cauce, y no valoramos lo que ella pudo hacer", indica Vallejo.

Y es que tras hacer ganar millones a tantos y tantos empresarios, acabaron siendo juguetes rotos a las que apenas se les daba una segunda oportunidad por haberse desnudado: "Tanto con Susana como otras mujeres del destape como Bárbara Rey o Silvia Tortosa se les debe una disculpa. Fueron fruto de su tiempo, hicieron lo que tenían que hacer y cuando la industria no las necesitó las tiraron a la basura. No las dejaron en la mayor parte de las ocasiones a rehacerse con todo el derecho que tenían. Se las juzgaba por desnudarse. Incluso a muchas de ellas no se les terminaba de perdonar. Todavía se llevan mal entre ellas por esa competencia que han fomentado por los hombres. Ellas no fueron culpables de nada".

En la misma línea se manifiesta Valeria Vegas, que incide en que lo mágico de Estrada es que nunca ocultó que lo hacía con naturalidad y porque era lo que le tocaba. "Si hubiera vivido en los 50 hubiera hecho cine de folcróricas, si hubiera vivido ahora haría comedias costumbristas. Le tocó vivir eso y lo asumió. Lo vivió con naturalidad dejando el camino libre a las siguientes generaciones. Abrió un camino, sin vergüenza. Es un icono. Si miras cualquier artículo donde se revisa el destape su nombre sale siempre. Es imprescindible para entender la época. Ella fue la que abanderó el desnudo sin pretexto. El documental le hace justicia", explica.

"Yo luchaba porque las mujeres se quitaran el yugo y me lo agradecían ellos. Ellas me llamaban puta y ellos me daban las gracias. Han tenido que pasar casi cuarenta años para que me dijeran que ayudé a las mujeres", comenta Susana Estrada.

Por ello, agradece al equipo del programa su labor. "Yo pido el mismo respeto que siempre he tenido hacia los demás. Nunca he faltado el respeto pero a mí me han masacrado durante años y años y años. Siempre he sido fiel a mi misma. Yo aprecio mucho el documental. Personas como Valeria o César, que tienen una edad pero que no han vivido todo eso, y si lo vivieron eran niños, es de apreciar doblemente", indica.

"Es remover todo lo que pasaste. A veces se me puso grabando un nudo en la garganta. Con los años, al recordarlo, lo vivo de una manera mucho más emotiva. Estoy mucho más sensible, duele más. Me jode que me lo hayan reconocido antes fuera que dentro. Tenemos muchos talentos fugados porque aquí no los apreciamos", reivindica.

"Le han puesto mucho cariño, han hecho un trabajo excelente y han luchado mucho. Pero el dolor lo tengo dentro, porque la que lo vivió fui yo. Lo tengo a flor de piel. Me deja un regusto muy feo porque no sé cómo pude aguantar eso. Estoy muy orgullosa cuando me miro al espejo porque pude con todo. Yo no quise ser como nadie, quise ser yo", concluye.

'¡Gózame ya!', versionado por Chica Sobresalto

Además, el colofón al documental lo pone la versión de '¡Gózame ya!' que realiza Chica Sobresalto. La idea, que nace de un proyecto transmedia de conectar varios proyectos en uno ha sido producido íntegramente por RTVE y dirigido por el director del documental, César Vallejo.

"Yo quiero que esto lo vea la gente joven. Es quien lo tiene que ver y darse cuenta de que hace cuarenta años la mujer estaba en esa situación. Cogí la canción más famosa de Susana, '¡Gózame ya!' y busqué una cantante que fuera capaz de versionar este tema", explica sobre cómo llegó a Chica Sobresalto.

Y es que el magnetismo de su primer single, 'Fusión de núcleo', hizo que se quedara "petrificado". No conocía a Maialen de 'OT', sino de investigar tendencias musicales y se lo propuse. Ella dijo muy rápido que sí. En el videoclip se repasan algunos de sus momentos más icónicos y además se ha hecho todo con producción propia. Hemos tenido mucha suerte de que nos dejaran hacer lo que queríamos. Hasta los trajes se han hecho en RTVE", comenta.