La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) también ha salido en defensa este lunes del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, cuyo cese pidió este fin de semana el Consejo General de Colegios de Médicos y han advertido de que "es responsabilidad de todos que la información que llega a la ciudadanía sea fehaciente y evite más fatiga en la población y profesionales".

La cuestión por la que se ha pedido el cese de Simón es porque la semana pasada afirmó que "los sanitarios tienen un mejor comportamiento evitando contagiarse fuera de su espacio de trabajo". De esta manera, los epidemiólogos, aunque no lo mencionan directamente, señalan que "resulta inapropiado que se quiera responsabilizar a quienes ejercen de portavoces técnicos (...) de decisiones que toman otras personas que están legitimadas para hacerlo en virtud del mandato recibido democráticamente".

También lamentan que se saque de contexto las declaraciones u otros recursos "para solicitar, lejos de la crítica legítima, medidas drásticas contra esas personas". "No disparen al pianista", pidiendo así por segunda vez que no se culpe a los técnicos, ya que trabajan a las órdenes de los políticos, tal y como emitieron en un primer comunicado.

En la entrevista que ha concedido el epidemiólogo esta mañana a TVE, pide que se atienda al contexto en que exclamó dichas palabras y, en consecuencia, explica que él es un mero funcionario pero que reconoce el derecho de los médicos a pedir su cese: "No se crean que esto es un regalo". 

La SEE ha advertido de que la "fatiga pandémica", un sentimiento del que la OMS ya hizo eco unas semanas atrás, afecta en proporciones prácticamente iguales a la población y a los profesionales de la salud, un grupo donde también se encuentran los epidemiólogos. "Han estado en primera línea de la vigilancia y control de la pandemia, desde antes del comienzo de ésta, y ahí siguen estando", recalcan. A su juicio esta desmotivación proviene de la sobrecarga de trabajo, la incertidumbre por el futuro y la responsabilización ajena, así como la prolongación en el tiempo de estos mismos condicionantes.

De la misma manera, los epidemiólogos denuncian que las estructuras con las que cuentan "dista mucho de disponer de todos los recursos personales y materiales que serían necesarios en una situación de normalidad", algo que se agrava aún más en plena pandemia.

Entienden la preocupación y agotamiento de la población, pero se defienden argumentando que "no se debería asumir que se descargue esa frustración sobre una parte de quienes, precisamente, tratan de revertirla; y lo hacen con las herramientas y recursos que tienen a su alcance, que no siempre son los más adecuados ni, los suficientes", subrayan.