Las palabras del párroco de Valdepeñas, Emilio Montes, quien se ha hecho viral en redes sociales por sus homilías directas ha denuciado las mentiras de la Iglesia para tapar los abusos de pederastia. Sus reflexiones han causado un profundo impacto dentro y fuera de la comunidad religiosa. En su discurso, Montes ha arremetido contra la mentira en la vida pública y, con especial dureza, contra los encubrimientos dentro de la propia Iglesia católica en los casos de pederastia.
Las mentiras y la iglesia . El #cura de #Valdepeñas no se muerde la lengua pic.twitter.com/nqVkQqyzbh
— TVMASPI (@sebas_maspons) October 25, 2025
“Poned la televisión y veréis: los tertulianos, los políticos, nosotros mismos”, ha comenzado diciendo el cura ante los fieles. “¿Quién no intenta solucionar un problema con una mentira? ‘Nah, la he dicho chiquitilla’. Pero mentira es. La mentira, cuánto daño hace, incluso en la Iglesia”, ha asegurado. Desde el púlpito, el párroco ha denunciado sin rodeos que el engaño y la ocultación han sido durante años una práctica destructiva en todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente grave cuando se produce dentro de una institución que predica la verdad.
Sus palabras, grabadas por varios asistentes y compartidas en redes sociales, se han vuelto virales por la franqueza y el tono autocrítico del mensaje. “Cuánto daño nos ha hecho la mentira, cuánto daño nos ha hecho en la pederastia mirar a otro lado por salvar a la Iglesia y mentir cuando en verdad lo que deberíamos haber hecho era reconocer el delito y el pecado. El delito y el pecado”, ha afirmado, visiblemente emocionado. Su intervención, directa y sin eufemismos, ha sido interpretada por muchos como una especie de mea culpa colectivo, una llamada a reconocer los errores del pasado y a romper con la cultura del silencio que durante años imperó dentro de la institución.
“Esto es un delito y un pecado”, ha insistiido. “Pecado: fuera de la Iglesia. Delito: a la cárcel por haber hecho eso. Y deberíamos haberlo dicho y no esconder y tapar”. Con esas frases, el párroco ha marcado una distancia clara respecto a la actitud que durante décadas adoptó buena parte de la jerarquía eclesiástica ante los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
Los abusos de la Iglesia
No todos han dado la espalda a esos abusos y a las víctimas. El papa Francisco durante una reunión en la Basílica del Sagrado Corazón Koekelberg en Bruselas, hizo un llamamiento a la Iglesia de Bélgica para que brinde "toda la ayuda posible" a las víctimas de abusos sexuales por parte del clero. Este encuentro, que duró más de dos horas, contó con la presencia de 17 víctimas que compartieron sus traumáticas experiencias con el Pontífice. Francisco siempre ha subrayado la importancia de ofrecer cercanía y apoyo a las víctimas para aprender de ellas y avanzar hacia una cultura eclesial más segura y protectora. A su vez, también expresó la necesidad de escuchar y reconocer el sufrimiento de las víctimas para transformar la Iglesia en una institución que "sirve a todos sin dominar a nadie". Además, Francisco señaló que una de las raíces de la violencia es el abuso de poder, criticando el uso de roles para "aplastar o manipular a otros".
Sin embargo, Robert Prevost, ahora Papa León XIV, no se ha escapado de esto y es ahora sujeto de acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. El Vaticano lo niega, pero diferentes sectores se apoyan en los testimonios de las víctimas para señalarle.
No puede probarse que Prevost encubriese aquellos abusos, pero tampoco que el testimonio de las víctimas sobre su “insuficiente” actuación sea falso. La mayoría de asociaciones de víctimas de abusos se muestran satisfechas con la elección, aunque otras no se fían de su actuación.
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