La madrugada de este lunes ha comenzado con un sobresalto en Álava. Un terremoto de magnitud 4 en la escala de Richter ha sacudido buena parte del territorio vasco minutos después de la medianoche, exactamente a las 00:10 horas, según informó el Instituto Geográfico Nacional (IGN). El epicentro se localizó al noroeste de Iruña de Oca, un municipio alavés que ha sentido con especial intensidad un temblor cuya profundidad ha sido prácticamente superficial, un factor que explica la claridad con la que ha sido percibido por la población.

En Vitoria-Gasteiz, a unos 21 kilómetros del epicentro, numerosos vecinos notaron la vibración. Algunos incluso se despertaron sobresaltados al sentir cómo se movían muebles y ventanales. Sin embargo, el mayor impacto emocional se registró en Iruña de Oca, donde el seísmo no solo se percibió con fuerza, sino que fue seguido por una pequeña réplica que incrementó la inquietud entre los residentes.

El alcalde del municipio, Miguel Ángel Montes, no tardó en movilizarse. Tras el temblor, recorrió los cinco pueblos que conforman la localidad para verificar personalmente el estado de viviendas, equipamientos y vías públicas. “Ahora hay tranquilidad, no ha pasado nada, pero ha sido un susto muy, muy grande”, afirmó en declaraciones a la agencia Efe, dejando claro que, pese al miedo inicial, no se han registrado daños materiales ni heridos.

Montes describió el fenómeno como “dos golpes muy fuertes, como dos explosiones”, que llegaron a mover la mesa en la que se encontraba trabajando a esa hora. Señaló que numerosos vecinos se pusieron en contacto con el Ayuntamiento para saber qué estaba ocurriendo y si debían adoptar algún tipo de medida de protección. “Lo ha notado todo el mundo, se han movido las camas”, relató el regidor, destacando que nunca antes había vivido un episodio semejante en el municipio.

El temblor activó además las alertas de algunos teléfonos móviles, cuyos propietarios recibieron avisos para extremar la precaución ante la posibilidad de nuevas sacudidas. Estas notificaciones, aunque preventivas, contribuyeron a incrementar momentáneamente la sensación de inquietud.

Pese al impacto emocional del seísmo, desde el Servicio de Emergencias 112 del País Vasco pidieron calma y subrayaron que no se esperan réplicas significativas. En caso de que se produzca alguna, precisaron, sería de baja magnitud e incluso imperceptible para la mayoría de la población. El 112 contabilizó un total de 143 llamadas relacionadas con el incidente, principalmente de ciudadanos que buscaban información o confirmación de que lo que habían sentido era efectivamente un terremoto.

El fenómeno se ha percibido no solo en amplias zonas del País Vasco, sino también en provincias limítrofes como Burgos y La Rioja, donde varios vecinos reportaron vibraciones similares.

Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes

Síguenos en Google Discover