Son muchas las voces que apuntan a que nada será lo mismo después de esta crisis. El coronavirus está generando grandes cambios y estos llegan, incluso, a las sectas. 

Miguel Perlado, psicólogo clínico y especialista en este tipo de grupos augura un "cambio de narrativa y en la relación con los adeptos" de estas comunidades para adaptarse a la realidad que provoca el Covid-19, en un fenómeno que en España afecta al 0,8%-0,9% de la población, con 250-300 grupos establecidos.

En una entrevista concedida a Europa Press, el también coordinador del grupo de trabajo sobre derivas sectarias del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya y supervisor institucional de la Asociación para la Investigación del Abuso Psicológico, ha dicho que el confinamiento y la pandemia afectará en múltiples direcciones a las sectas.

Sobre ese cambio de narrativa, afirma que las sectas intentarán aprovechar todo tipo de teorías sobre el coronavirus para "adaptarlas a sus enseñanzas" y presentar el confinamiento por la pandemia como una prueba necesaria para el adepto.

Ha advertido de que las sectas podrán interpretar la pandemia como una "oportunidad para el cambio o la transformación" y habrá cambios en su relación: el concepto de grupalidad y contacto directo no será posible durante el confinamiento, lo que puede potenciar el encuentro virtual y dar un nuevo contexto al sentido de grupo.

Perlado, que acaba de publicar el libro '¡Captados!' (Ariel), ha añadido que el coronavirus también será un caldo de cultivo para que haya un "incremento de propuestas mágicas", con la venta de aceites curativos y todo tipo de objetos protectores, y que aparecerán 'gurús' que buscarán obtener notoriedad y dejar su sello personal.

Confinamiento con adeptos 

Una de las consecuencias que provoca el confinamiento es que haya adeptos que lo vivan con familiares que no están introducidos, lo que abre la posibilidad de tensiones: "O bien logra vivir en el registro de que es una prueba o un paso para su evolución, o pueden surgir conflictos de convivencia".

Sin embargo, esta coyuntura también puede propiciar que se puedan "abrir vías de diálogo fértiles" con la persona captada y que se pueda aprovechar la situación para intentar desvincular a esa persona de la secta.

El encierro domiciliario también provocará que las sectas intenten mantener el contacto para continuar el "confinamiento mental" del adepto y revincular al máximo, para minimizar las bajas tras el confinamiento.

Adaptándose al medio digital

Perlado no descarta un recrudecimiento al reclutar adeptos tras el confinamiento, y considera que las sectas más beneficiadas por la situación pueden ser los grupos con propuestas multinivel y los que ofrecen recursos de crecimiento personal con "una dinámica absorbente y excluyente"; y las menos beneficiadas pueden ser las basadas en el contacto más directo y que no estén preparadas para el salto digital.

Para el expertos, estos grupos se han ido adaptando al medio digital, como antes lo hicieron al uso del video o el CD; pero "el interrogante es ver qué pasará con estas sectas que no estaban preparadas", ya que un 40%-45% filtran y critican el uso del mundo digital.

En cambio, otras sectas sí han invertido en el medio digital y destinan recursos a elaborar plataformas y webs, y tienen a los adeptos "permanentemente conectados" con chats, videoconferencias y reuniones online.

Perlado defiende no caer en los mitos de que las sectas captan solo a jóvenes desorientados y de que "todas anuncian el Armagedón": ahora también apuntan a población de 35-45 años con crisis de vida o convivenciales y que tienen más dinero, y ha añadido que es un mundo en constante mutación.