Los sarcomas constituyen un conjunto de tumores malignos que se desarrollan en los huesos, en los tejidos blandos del cuerpo y en vísceras: tejidos adiposos, musculosos, nerviosos, fibrosos, vasos sanguíneos o tejidos profundos de la piel.

Existen más de 70 diferentes y, la mayor parte de ellos, no están relacionados con factores de riesgo conocidos, por lo que prevenirlos no es posible.

Esto hace fundamental reconocer los signos de alarma, para recibir atención especializada lo antes posible, ya que de esto depende en gran medida el pronóstico.

Es importante consultar al médico si notamos un nódulo o masa (sobre todo, en extremidades) que está creciendo recientemente (especialmente si lo hace rápidamente y no es fácilmente móvil, lo que indicaría que se trata de una masa profunda), o que mide más de 3 cm, normalmente con piel intacta. Puede ser dolorosa o no cuando hablamos de partes blandas (más frecuentemente indolora). Sin embargo, en los tumores óseos, el dolor es el principal signo de alarma, asociado o no a dificultad para movilizar esa zona. Debemos acudir al médico de Atención Primaria, y si las primeras medidas no lo resuelven solicitar una prueba de imagen.

En los últimos años se han dado importantes pasos en el abordaje de esta enfermedad, tanto en lo que respecta a “la detección, con la mejora en las técnicas de imagen; como a la identificación y clasificación del tipo de sarcoma, gracias al diagnóstico molecular; y al tratamiento quirúrgico, con la planificación 3D de las cirugías o el desarrollo de nuevos materiales protésicos”, explica el Dr. Javier Martín Broto, coordinador de la Unidad de Sarcomas del Departamento de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y de su instituto oncológico, OncoHealth.

A esto hay que sumar también los avances técnicos en radioterapia, que “están permitiendo ser más exquisitos en el diseño y conformación de los tratamientos, para administrarlos de la manera más exacta y con menor toxicidad para los órganos vecinos”, precisa.

Combinación de tratamientos

Este hospital madrileño se ha consolidado a la vanguardia de la innovación en este campo. Más allá de la cirugía, un cambio muy importante que se ha dado en el tratamiento del sarcoma tiene que ver con la combinación de diversas modalidades de terapias, área en la que la Fundación Jiménez Díaz acumula ya una valiosa experiencia clínica.

Un ejemplo es la combinación de radioterapia con trabectedina, que “ha mostrado datos muy interesantes de actividad”, detalla el Dr. Martín Broto.

Pero no es la única; se trabaja también con otras, como la de ecubectedina y radioterapia, o la de quimioterapia citotóxica con nuevas moléculas como la gemcitabina combinada con selinexor o la doxorrubicina en combinación con LB-100, que en este momento “se encuentran en las primeras etapas de su desarrollo clínico”, indica este especialista.

Terapias personalizadas

Otro cambio sustancial que ha experimentado el tratamiento de los sarcomas, especialmente de aquellos para los había muy pocas opciones terapéuticas, es el relacionado con la aparición de nuevas moléculas. “El mayor conocimiento de las bases moleculares de los distintos subtipos de sarcoma nos está permitiendo asistir al nacimiento de varias moléculas muy interesantes, con mecanismos de acción muy específicos de cada enfermedad”, reconoce, por su parte, la Dra. Nadia Hindi, oncóloga médica del mismo departamento y corresponsable de la Unidad de Sarcomas de OncoHealth.

Esto ha llevado al desarrollo de tratamientos cada vez más personalizados a cada subtipo concreto. “Se trata de terapias dirigidas basadas en fármacos diseñados para bloquear alguna vía molecular que esté implicada de manera relevante en el desarrollo del tumor”, aclara esta especialista.

Los doctores Javier Martín Broto y Nadia Hindi

El paradigma de este tipo de fármacos es el tratamiento del GIST -tumor del estroma gastrointestinal-, donde el desarrollo, hace más de dos décadas, del imatinib, cambió de manera radical las expectativas de vida de los pacientes. Hoy, esta entidad tiene aprobados por la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) cinco fármacos de diana molecular que han permitido multiplicar por más de cinco las opciones de supervivencia.

Del mismo modo, en los últimos tiempos se ha desarrollado numerosos ensayos clínicos con fármacos dirigidos en casos de “liposarcomas, condrosarcomas, tumores de células gigantes de vaina tenosinovial y tumores desmoides”, resume la Dra. Hindi.

Enfoque multidisciplinar

Pero para ofrecer a los pacientes el mejor de los abordajes, es importante también la continua comunicación e interrelación de todos los especialistas implicados en su atención. “Es fundamental para un mejor resultado”, subraya esta oncóloga, añadiendo que esto incluye, además de las reuniones multidisciplinares semanales para discutir el manejo de todos los pacientes, compartir actividades educativas que permitan a los profesionales estar actualizados.

Profesionales actualizados

Con este fin, el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha desarrollado un ‘Taller sobre enfoques innovadores en el Sarcoma’ dirigido a oncólogos, radiólogos, patólogos y cirujanos de este centro y de los otros tres Hospitales de Quirónsalud integrados en la red sanitaria pública madrileña -los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)-, además de a los miembros del consorcio internacional SELNET (Sarcoma Europe and Latin-American Network), que busca desarrollar centros expertos en sarcoma en Latinoamérica y está coordinado por el Dr Martin Broto.

“La organización de este tipo de actividades es crucial, ya que es muy importante que los profesionales estén actualizados de las novedades que surgen en su campo”, resalta la Dra. Hindi. No hay que olvidar que “la formación es un pilar fundamental para alcanzar la excelencia terapéutica”, concluye.