El actual Parador Nacional de Turismo de San Marcos en León cuenta con cientos de años de historia, en los que ha tenido funciones de lo más variopintas. Entre ellas, destaca la de campo de concentración franquista y, además, uno de los más duros. Fue una de las prisiones referentes en el noroeste del país, donde estuvieron encarcelados miles de presos, entre ellos personajes muy conocidos, como el escritor Victoriano Crémer. Por eso, este martes se ha rendido homenaje a todos los presos del franquismo en un acto en el que se ha contado con la presencia del último superviviente de esta cárcel, Josep Sala.

Paradores ha organizado esta cita, que ha contado con la presencia de Sala y del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras autoridades. “Me gustaría poder dar un abrazo intenso a todas las familias de los presos que vivieron unos crudos inviernos de hambre y veranos secos de afectos”, ha expuesto Zapatero, poniendo de manifiesto “el derecho a la memoria personal”.

Origen e historia de San Marcos

En 1515, sobre un viejo monasterio medieval en malas condiciones, se comenzó a construir por orden del rey regente, Fernando El Católico, la Iglesia de San Marcos. Esta construcción pasó siglos más tarde a ser el monasterio de San Marcos. Pero su historia va mucho más allá.

Funcionó como hospedería de la Orden de Santiago y, después, tras la desamortización del ministro Juan Álvarez Mendizábal en 1835, se utilizó como edificio militar. Ya anteriormente había recibido a presos, como Francisco de Quevedo, entre 1639 y 1643. A partir de esta desamortización pasó a formar parte de las propiedades del Estado, concretamente durante el Trienio Liberal, utilizándose como cuartel, prisión o campo de concentración. No fue hasta la guerra civil española cuando se convirtió en una de las referentes del país.

Sus archivos desaparecieron, por lo que no se sabe con exactitud las cifras de presos y fusilados durante la represión franquista, aunque varios investigadores calculan que pasaron por ella entre 15.000 y 20.000 personas. Josep Sala ha tenido unas palabras de recuerdo para todos aquellos que, como él, “pasaron muchas calamidades” y con quienes sufrió “unos pasos tremendos de sangre, sudor y lágrimas”. Por ello, ha pedido “cordura y sensatez”.

Este histórico edificio también ha sido Instituto de Segunda Enseñanza, Casa de Misioneros, escuela de Veterinaria, hospital penitenciario, cuadra de sementales, casa de los Padres Escolapios, Oficina del Estado mayor del Séptimo Cuerpo del Ejército, cuartel de Caballería, sede de la Diputación, Diócesis y Ministerio de Guerra.

Fue en los años 70 cuando el ministro Manuel Fraga destacó su “gran interés por la ciudad y su turismo” y convirtió la sede gubernamental de San Marcos en Parador Nacional de Turismo.