El papa Francisco ha cargado este jueves contra los que explotan o no pagan a sus trabajadores, calificando su comportamiento como un “pecado mortal”. Así lo ha afirmado en la homilía de su habitual misa matutina en su residencia, Casa Santa Marta, según informó el portal de noticias del Vaticano.

Francisco hizo esta reflexión al comentar la primera lectura del Evangelio tomada de la carta del Apóstol Santiago, “que muestra cómo los salarios de los trabajadores no remunerados claman y las protestas han llegado a los oídos del Señor”.

“¡Ay de ustedes que explotáis a la gente, que explotáis el trabajo, que pagáis en negro, que no pagáis la contribución para las jubilaciones, que no dais vacaciones!”, clamó el pontífice argentino.

Agregó “que hacer estafas sobre aquello que se debe pagar, sobre el salario, es un pecado” y que aunque uno sea católico y vaya a misa todos los domingos, si luego no paga a los trabajadores “esta injusticia es pecado mortal”.

El pontífice también observó que las riquezas van “contra el segundo mandamiento porque destruyen la relación armoniosa entre nosotros, los hombres”, “arruinan la vida” y “arruinan el alma”.

“Si uno hoy hiciera un sermón como ese, en los periódicos, al día siguiente dirían que ese sacerdote es comunista”, continuó su homilía y aseguró que “la pobreza está en el centro del Evangelio y la predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús”. Invitó además a los fieles a “hacer oración y penitencia por los ricos” porque “las riquezas tienen una capacidad que nos hacen esclavos”.

Epístola de Santiago 5,1-6.

Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir.

Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla.

Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final!

Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.

Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza.

Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.