En pleno órdago secesionista, Mariano Rajoy tendrá que afrontar otra tempestad que le retrata, y no precisamente para bien. Este miércoles 26 de septiembre concluye el programa de reubicaciones de refugiados impulsado por la Unión Europea, y los datos ni son halagüeños ni dejan en buen lugar al presidente del Gobierno de España. El Ejecutivo se comprometió a acoger a 17.337 personas, pero Rajoy no ha cumplido con lo acordado: España ha dado asilo a 1.980 personas, una décima parte.

En julio de 2015 la UE acordó dar asilo a 32.256 refugiados procedentes de Grecia e Italia, con el compromiso de ampliar la cifra hasta los 40.000 en diciembre de ese mismo año. Dos meses pasaron de este primer acuerdo y, en septiembre, la fotografía de un niño llamado Aylán lo cambió todo. La instantánea dio la vuelta al mundo y la Unión Europea rubricó, como respuesta, un segundo acuerdo con el que aumentaron el cupo hasta las 160.000 reubicaciones, 120.000 más de las previstas. El número de Estados encargados de las reubicaciones eran 22, entre ellos, España. Pero Rajoy ha incumplido el acuerdo.

Pudiera pensarse que, una vez expirado el programa, el Gobierno podría mirar hacia otro lado. Nada más lejos de la realidad. Rajoy debería cumplir con la cuota de refugiados. El único matiz es que no se podrán apuntar más personas al programa de la UE.

El asunto preocupa hasta tal punto que, en pleno órdago secesionista el Grupo Parlamentario Socialista ha elevado al pleno del Congreso este martes una interpelación urgente sobre “el cumplimiento de los compromisos de reubicación y reasentamiento”.

Por su parte, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado "el gran fraude" que ha supuesto el proceso de acogida de refugiados en la UE y ha reclamado a España y al resto de los Estados que cumplan con sus obligaciones, al tiempo que les ha recordado que "no prescriben" este martes.

La secretaria general de CEAR, Estrella Galán, ha señalado que "todo este proceso ha sido un gran fraude a la ciudadanía, a las personas refugiadas y a los derechos humanos". Además, ha criticado que la Comisión no "haya apretado suficientemente" a los Estados para que agilizaran este proceso y pudieran llegar a las cuotas acordadas. "España tiene herramientas en su propio marco legal para cumplir con sus compromisos", ha dicho Galán, quien ha recordado que, según la Ley de asilo, podría facilitar estos traslados y peticiones de asilo desde embajadas y consulados.

CEAR atribuye el fracaso de este programa a que el proceso es “restrictivo, descoordinado e inflexible", y ha estado "lleno de obstáculos, para hacer imposible su cumplimiento”. "Se han cambiado las reglas de juego en medio del partido, en un proceso que no ha fijado las consecuencias de no cumplir; la impunidad ha sido una constante desde el inicio, en la que se han apoyado los Estados para incumplir los compromisos", ha añadido Galán,

Asimismo, ha lanzado una "petición desesperada" para que se reimpulsen los programas de reubicación y reasentamiento con una revisión inmediata de los criterios, como el de que solo son reubicables personas de tres nacionalidades (siria, eritrea e iraquí), dejando fuera y "discriminando" a otras personas que huyen de la guerra en sus países y que también tendrían derecho a protección internacional.