La pandemia de coronavirus ha obligado a reformular el normal funcionamiento de los hospitales, que han tenido que adaptar sus espacios para compaginar el tratamiento habitual de las distintas patologías existentes con la atención a los pacientes con Covid-19.

De este modo, se han creado zonas ‘Covid Free’, libres de infección, para mantener la actividad ordinaria.

Los quirófanos, salvo en las primeras semanas de pandemia, han seguido funcionando y eso ha obligado a garantizar la seguridad en los mismos.

“El bloque quirúrgico ha seguido operando al más alto nivel, realizando intervenciones de todas la especialidades, excepto cirugía cardiaca, que no se lleva a cabo en nuestro Hospital”, subraya el Dr. José Luis Gracia, jefe del Servicio de Anestesia y Reanimación del Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

Cabe destacar que en este área se llevan a cabo técnicas de elevada complejidad en distintas especialidades como Neurocirugía, con craneotomías para extirpar tumores cerebrales; Cirugía Vascular, con el innovador tratamiento de los aneurismas aórticos mediante técnica endovascular (mínimamente invasiva) o cirugía de tumor de mama con manejo del ganglio centinela.   

Esto ha sido posible gracias a que el bloque quirúrgico ha sido, y sigue siendo, una zona protegida frente a la Covid-19. Para ello se han adaptado los quirófanos, de manera que se puedan “ofrecer los más altos estándares de calidad y seguridad, tanto a los profesionales que trabajan en el quirófano, como a los pacientes", precisa el también coordinador del bloque quirúrgico.

Limpieza y renovación del aire

Entre las medidas empleadas destaca la limpieza constante que incluye, tras cada intervención el uso de productos altamente viricidas, bactericidas y funguicidas; la renovación del aire al menos seis veces cada hora; y una atmósfera de presión positiva para evacuar las partículas que están suspendidas en el aire. De este modo se logra una zona “limpia y segura, que aporta tranquilidad”, recalca el Dr. Gracia.

Prueba PCR

Del mismo modo, a todas aquellas personas que van a ser intervenidas se les hace una PCR previa a la cirugía para garantizar que no están infectadas. "Los únicos pacientes Covid positivos que han entrado en quirófano han sido los que han tenido que ser operados de forma urgente", asegura el Dr. Gracia. Esto ha hecho que el bloque quirúrgico, “de una manera u otra, siempre haya estado libre de coronavirus en una parte muy importante", recalca.

Equipos de protección y tecnología puntera

A las medidas anteriores hay que añadir, además, los equipos de protección, que incluyen EPIs, mascarillas FPP, monos de trabajo, chaquetillas adecuadas, etc.

“Siempre hemos contado con ellos. Somos uno de los pocos hospitales en los que no han faltado”, celebra el jefe del Servicio de Anestesia y Reanimación, que añade también que tampoco han carecido nunca de respiradores, material de intubación, bombas de infusión de fármacos avanzados o cualquier tipo de fármaco.

Pese a ser un centro de complejidad media, “en cuanto a tecnología y equipamiento, el Hospital Universitario General de Villalba es puntero y dispone de prácticamente cualquier tipo de terapia para nuestros pacientes dentro del bloque quirúrgico”, asevera el Dr. Gracia.

En lo que respecta a la reanimación, cuenta con una unidad altamente especializada, con personal preparado para las repercusiones que pueda tener cualquier operación o activo anestésico. “En la unidad hay una enfermera por cada tres-cuatro pacientes, los cuales están constantemente monitorizados. Hay un registro de las constantes y un seguimiento intensivo, una vigilancia continua”, resume.

Adaptar y multiplicar las UCI

Pero, además de crear espacios Covid Free, la pandemia ha obligado también a multiplicar la capacidad de las UCI. En el caso del Hospital de Villalba, en los momentos más críticos, esta se ha llegado a triplicar, gracias, en gran parte, al refuerzo de los profesionales del bloque quirúrgico.

“Los anestesistas no solo estamos capacitados para el cuidado del paciente durante una intervención, lo que se conoce como ‘dormir al paciente’, sino que somos los especialistas en cuidados críticos del paciente quirúrgico, es decir, la ‘UCI posquirúrgica’”, recuerda el Dr. Gracia. “Esto hace que seamos los primeros aliados que pueden tener los médicos intensivistas en el cuidado de los pacientes Covid”, apunta.

Antes de la llegada del coronavirus, el bloque quirúrgico de este centro hospitalario contaba con dos zonas: una con nueve quirófanos dotados con la última tecnología (dos reservados para urgencias); y otra con la Unidad de Reanimación, altamente especializada, con 32 boxes individuales en los que los pacientes operados reciben los cuidados posoperatorios antes de pasar a una planta de hospitalización convencional o a su domicilio tras el alta hospitalaria.

Pero ya en la primera ola, para poder atender a los pacientes con Covid, “esa zona de reanimación contribuyó a crear en otra dependencia del hospital una segunda UCI, dotada con medios humanos y materiales del bloque quirúrgico”, cuenta este especialista.

La unión de los servicios del hospital y de los médicos de la Unidad de Cuidados Intensivos, intensivistas, personal de Enfermería, técnicos auxiliares y anestesistas, y la integración del material del bloque quirúrgico -como mesas de anestesia o bombas para la administración de medicación-, permitió que se pudiese trabajar 200 por cien y “se diese a los pacientes la atención que requerían”, afirma.

A lo largo del último año, esta situación se ha tenido que mantener de forma parcial. No obstante, poco a poco, la necesidad de apoyo a las UCI por parte de los profesionales del Servicio de Anestesia y Reanimación se ha ido reduciendo.