"Gracias Valentina, y por extensión quiero agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras del Congreso su presencia hoy aquí para hacer posible este Pleno". Estas palabras de Pedro Sánchez provocaron el unánime aplauso del hemiciclo a Valentina Cepeda, una limpiadora de Clece, que se encargó de desinfectar la tribuna de oradores después de cada intervención de los políticos asistentes a un Pleno histórico, al que asistieron una treintena de señorías representando a todos los partidos políticos, además del Gobierno. ¡Gracias Valentina! fue repetido una y otra vez a lo largo de la mañana por políticos de distingo signo. Por parte, Gabriel Rufián, portavoz de ERC,  no dudó de homenajearla en Twitter: "Si alguien se merece un aplauso hoy es ella. Valentina".

Valentina lleva 29 años trabajando en el Congreso, donde hay un equipo de 110 limpiadores en diferentes turnos. "Cuando me aplaudieron ayer todos los diputados tengo que reconocer que me encantó, porque además entiendo que no sólo era un aplauso para mí, sino para todas mis compañeras que no estaban en ese momento y me siento muy agradecida", asegura esta valiente mujer que se ha convertido en un símbolo de todos aquellos que se la están jugando a diario para permitir que la vida siga.

"No soy imprescindible, pero sí es verdad que nosotras y muchas personas más tenemos un trabajo presencial que no podemos hacer desde casa", añade un una entrevista en el Congreso, el lugar donde desarrolla su trabajo y donde ha vivido otras jornadas históricas como la proclamación como Rey de Felipe VI. "Lo que más me gusta es el trato con la gente", asegura sobre su trabajo.

De todas las personas que ha conocido se encariñó especialmente por el fallecido expresidente del Congreso Manuel Marín, con el que, según asegura en El Español, se llevaba "genial y era un señor estupendo".