Si la reina Isabel II tenía un extenso protocolo que dictaba los pasos que se iban a seguir tras su muerte, en el caso de Benedicto XVI no iba a ser menos. El Papa emérito tiene diseñado un protocolo de muerte en el que no existe el cónclave para elegir a un nuevo Papa que acompaña a la muerte de la máxima figura del catolicismo

La noticia de que Benedicto XVI, de 95 años, había empeorado la dio el papa Francisco este miércoles al pedir durante su audiencia general de los miércoles una oración especial por su predecesor, asegurando que estaba “muy enfermo.

Francisco interrumpió su agenda y visitó más tarde a Benedicto XVI en su casa en la Ciudad del Vaticano. El portavoz del Vaticano confirmaba poco después que la salud de Benedicto XVI había empeorado debido a su avanzada edad, aunque aseguraba que la situación estaba bajo control.

Automáticamente, las alarmas saltaron llevando a muchos a preguntarse cómo serían sus ritos funerarios ya que nunca se había dado el caso de que coexistieran dos papas. Los expertos asumen que, cuando llegue el momento, se llevará el mismo procedimiento que ocurre con los obispos de Roma: un funeral en la Basílica de San Pedro o en la plaza, en este caso presidido por Francisco, y posterior sepultura en la gruta debajo de la basílica.

Nueve días de ritos funerarios

Por mucho que no ejerza como tal, Benedicto XVI sigue siendo el obispo emérito de Roma. De hecho, el tomo Ritual Romano establece cómo se deben celebrar los diferentes ritos litúrgicos, con sus debidas oraciones y lecturas específicas.

Además, su condición de haber sido jefe de Estado hará que tenga aún mayor pompa con asistencia de delegaciones de todo el mundo. También se prevee que hasta cuatro o cinco días después de su fallecimiento su cuerpo reposará unos días en la basílica antes del funeral, como ocurrió con otros papas anteriores. La última vez que ocurrió algo parecido fue en 2005, cuando las colas se sucedían en el Vaticano para despedir a San Juan Pablo II. Por lo pronto sabemos que serán nueve días de ritos.

El testamento de Benedicto XVI

Tras su muerte, entre el primer y el segundo día el cuerpo del papa emérito será velado en la Basílica de San Pedro. Así, sería leído su testamento y sus últimas voluntades. Ahí Benedicto XVI puede dedicir incluso sobre su entierro.

En torno al cuarto o quinto día se produciría el funeral de Estado que se explicaba unas líneas atrás. En este punto se produciría una circunstancia histórica. Al no haber cónclave, sería la primera vez que un papa acuda al entierro de otro papa