El Papa ha pedido rezar por Benedicto XVI, de 95 años, cuyas condiciones de salud son extremadamente débiles. 

El Sumo Pontífice ha solicitado este miércoles una "oración especial" por el Papa emérito "que en silencio sostiene la Iglesia". "Está muy enfermo. Pidamos a Dios que lo consuele y lo sostenga en su testimonio de amor a la iglesia hasta el final", ha señalado el argentino durante una reciente audiencia general.

Joseph Ratzinger renunció al pontificado en 2013. Vive desde entonces en el convento Mater Ecclasie, ubicado en el interior de la Ciudad del Vaticano. La salud del que fuera máximo responsable de la Iglesia ha sido estable, aunque la cosa podría cambiar radicalmente, ya que las palabras de Francisco invitan a pensar en un serio empeoramiento de su predecesor.

La relación entre los dos Papas ha sido positiva, aunque la última aparición en público del alemán fue el pasado 27 de agosto. Por aquel entonces su sucesor fue a su residencia para presentar a Benedicto XVI a los nuevos cardenales que formaban parte del nuevo consistorio. 


Un Papa marcado por la polémica

El paso a un lado del antiguo Papa supuso todo un hito sin precedentes en la Iglesia Católica por la forma en la que se llevó a cabo. Esto es, se produjo sin protocolo ni regla alguna que lo regulase. Pese a todo no puede decirse que Joseph Ratzinger estuviera exento de polémica durante el tiempo que estuvo en el puesto. 

La primera de ellas tiene que ver con la pederastia descubierta en el máximo órgano de la religión cristiana, siendo ésta seguramente la que más daño le hizo para con su credibilidad. Un aluvión de denuncias en Estados Unidos, Irlanda o Alemania -también se han descubierto casos en España ante los que la diócesis de nuestro país calla- llevó a Benedicto XVI a pedir perdón públicamento, pero después de errores claros de comunicación y gestión y asumiendo que había sido un "despiste"

Pero uno de sus capítulos más comprometidos y conocidos es, sin duda, su pasado con el nazismo. El principal biógrafo del antiguo Papa, Peter Seewald, desmiente que éste llegara a vestir el uniforme de las Juventudes Hitlerianas, aunque sí que fue destinado al Ejército alemán para ayudar con las baterías antiaéreas. Por aquel entonces, había jurado fidelidad al dictador. Cuando éste se suicida, en mayo de 1945, regresa a casa por su cuenta y tras la liberación del país pasa 40 días en el campo para prisioneros de Bad Aibling.

Durante su mandato sucedió también el que se conoce como Vatileaks, nombre que se da a la filtración de documentos que ponían contra las cuerdas a la Santa Sede y que le costó el cargo al mayordomo del ex Pontífice, Paolo Gabriele. Los documentos dejaban entrever, principalmente, la pugan de poder dentro de la Iglesia.

Lo cierto es que las controversias -algunas de las cuales le ha sido difícil aclarar o no ha sido capaz- le han acompañado durante todo este tiempo y han tenido lugar desde el momento mismo de sus discursos, cargando en algunos de ellos contra las comunidades musulmana, llevando acciones contra los judíos (cuando revocó la excomunión del obispo lefebvriano Richard Willliamson, negativista del holocausto) o discutiendo el uso del preservativo como medio anticonceptivo que protege del sida.