El Ministerio de Consumo ha abierto, por primera vez, un expediente sancionador contra la empresa organizadora del Reggaeton Beach Festival, un conocido festival de música de verano, por obligar expresamente a los asistentes a no asistir con comida y bebida del exterior, motivo por el que se les advertía que se podían enfrentar a la denegación del acceso al recinto.

Se trata de la empresa DQG Norte, AIE, encargada de organizar eventos musicales de este calado, concretamente el Reggaeton Beach Festival que se celebra hasta en once ciudades españolas -Asturias, Tenerife, Marbella, Marina D’Or, Benidorm, Mallorca, Barcelona, Santander, Torrevieja y Galicia-. El Gobierno central se ha pronunciado en estos términos tras la previa denuncia de estas condiciones por parte de FACUA – Consumidores en Acción.

La organización de consumidores de la que Rubén Sánchez es secretario general denunció a la empresa de eventos por no sólo impedir la entrada con bebida y comida de fuera, sino también por no permitir el pago en efectivo dentro de las instalaciones y quedarse con parte del dinero de las pulseras que se les coloca a los asistentes en el reembolso.

Después de que en algunas comunidades autónomas también se hayan abierto expedientes sancionadores, como es el caso de Baleares o, posteriormente, en Madrid -aunque en este último fue por no cumplir los requisitos de seguridad-, fue el Ministerio en funciones dirigido por Alberto Garzón el que asumió el papel de sancionar a la entidad gracias al respaldo de la reciente reforma de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

Pese a la cláusula obligatoria de DQG Norte, en cada uno de estos festivales se concreta que se puede acceder con una botella de agua pequeña o alimentos no muy grandes, tales como una pieza de fruta o snacks variados.

El sistema de pago, también bajo lupa

Cabe poner de relieve que Consumo también está investigando el sistema de pago a través de pulseras cashless, motivo por el que se quiere evitar el pago con dinero en metálico, siendo éste método el único avalado de uso dentro del recinto de los festivales.

Y es que la devolución o reembolso de la cantidad sobrante no está permitida por debajo de los dos euros debido a los gastos de gestión, de 1,5 euros, por lo que la diferencia es mínima. Este requisito es considerado como una cláusula abusiva al no incluir, bajo ningún concepto, el dinero físico.

Por estas razones de peso, la empresa puede llegar a enfrentarse a una infracción grave, o muy grave, con multas que abarcan desde los 10.000 euros y que pueden alcanzar los 100.000 en el caso de las más severas. En el hipotético caso de que se dé un beneficio ilícito obtenido por las prácticas que supere las cantidades mencionadas, las sanciones podrían multiplicarse hasta en cuatro o seis veces a la cuantía obtenida, para las infracciones graves; de seis a ocho veces más, para las muy graves.

Suspendido en Madrid

Como se ha mencionado en líneas anteriores, el Reggaeton Beach Festival se ha cancelado este año en Madrid, tan solo tres días antes de su celebración y tal y como sucedió en 2022, por motivo de seguridad ante los consecutivos problemas de movilidad del recinto. Y es que el área donde se iba a celebrar el festival ya presentó graves complicaciones con citas anteriores: el Mad Cool y el masivo concierto de Harry Styles.

“No se garantizan las condiciones de seguridad ni de evacuación adecuadas para un evento de estas características”, señaló el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida el pasado 19 de julio, añadiendo que la empresa organizadora tampoco garantizó los umbrales de decibelios máximos establecidos en la ordenanza del ruido. Para este evento musical, del que se habían comprado el 99% de las entradas, se esperaba un aforo de 40.000 personas.

El solar de grandes dimensiones, ubicado en el distrito de Villaverde, en Madrid, sur, fue el epicentro de las colas kilométricas a su entrada para acceder en el mes de junio y julio al Mad Cool y al concierto del cantante británico, todo ello con sus asistentes bajo el sol abrasador del verano y que, a la hora de salida, hizo evidente la insuficiencia de los dispositivos de seguridad y movilidad para las 70.000 personas que acudieron.