La Guardia Civil investiga si el único detenido por la muerte de Manuela Chavero, en Monesterio (Badajoz), en 2016, sufrió una lesión en el brazo durante el presunto crimen de su vecina y se tatuó luego para disimular una posible cicatriz.

Los investigadores bajaran la posibilidad de que la herida haya sido una señal de "lucha" de la víctima, que, según la declaración de Eugenio D.H., se mató de un golpe accidental.

La Guardia Civil cree que fue un crimen sexual y que Manuela Chavero pudo tratar de defenderse durante el forcejeo con el que después sería su asesino. Las señales en el brazo derecho de Eugenio D.H. fueron de consideración y, de hecho, algunos vecinos de Monesterio (Badajoz) le preguntaron qué le había pasado.

Él dijo que tuvo un problema con un animal

Eugio D.H. alegó que había tenido un problema con un animal en el campo, pero poco después, quizás para disimular una posible cicatriz, se tatuó el brazo derecho.

El único implicado en este caso ha pasado a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra antes de agotarse el plazo de 72 horas desde su detención, que se produjo el jueves a eso de las 20:00 horas de la tarde en un centro ecuestre. En ese momento, estaba acompañado de otra persona y, según fuentes cercanas a la investigación citadas por La Razón, no se mostró siquiera sorprendido, como si ya esperara su arresto desde hace tiempo.

En su declaración, el hombre señaló el lugar donde enterró a su vecina, lo que permitió el halazgo del cuerpo en una finca. Los restos óseos se encontraban bajo un pedregal y la fosa que había excavado él mismo con la pala de su tractor, apenas estaba a 40 centímetros bajo el suelo. En el hoyo los investigadores encontraron también una sábada y una toalla, ya deshechas por el paso del tiempo, con las que Eugenio D.H. habría envuelto el cuerpo.También se halló en el lugar el plástico que, al parecer, puso en el coche para proteger la tapicería de posibles restos de la mujer. 

Miraba a las mujeres desde el tejado

A pesar del plástico que usó, el hombre optó por cambiar la tapicería de su vehículo, un detalle denunciado por los vecinos. El individuo vivía a dos casas de su víctima, en la misma calle.

Los vecinos se han quejado de que Eugenio D.H, un joven con problemas para socializar y relacionarse con las mujeres, subía a los tejados a ver a las chicas en las piscinas.