El idioma, la cultura, el desconocimiento del país y sus formas de hacer… todo esto, a veces supone la misma barrera que el hecho de no tener tarjeta sanitaria. Son obstáculos que hacen difícil que un migrante pueda tener un acceso seguro e igualitario a la sanidad cuando sale de su país.

Para evitar esto, un grupo de científicos trabaja con la idea de que las fronteras también dejen de existir en la sanidad del futuro. Así nació el proyecto CRIBMI, en el que unen fuerzas los investigadores del ISGlobal, centro que cuenta con el apoyo de la Obra Social ”la Caixa”IDIAPJGol y la Fundació Clínic.

Y nada mejor que haberlo vivido en tus propias carnes, en tu familia, para comprender lo que suponen estas barreras. Ethel Sequeira es médico de familia, pero también investigadora del proyecto. Tanto su padre como su marido son indios y ha trabajado media vida en proyectos de cooperación.

Nos preguntamos si podríamos mejorar la salud (y la vida) de estos pacientes, si nos fijáramos en las patologías sanitarias más frecuentes en sus países de origen y en personas que han tenido que realizar un proceso migratorio”.

Concienciada de la interculturalidad de nuestra sociedad, el objetivo del proyecto es conseguir que la sanidad fluya como lo hacen las personas por el mundo. Que se responsa a las necesidades de todas las personas “porque vivimos en un mundo en el que la salud de unos se convierte en el bienestar de todos”.

Si quieres saber más sobre este proyecto que une culturas y facilita el acceso a la sanidad, puedes leer la historia completa en el portal social social Alma.