Evitar que las desigualdades y dificultades que viven los niños en sus entornos puedan afectar en su educación y se traduzcan en peores resultados académicos y, por lo tanto, de nuevo en desigualdades a la hora de tener oportunidades de futro. Este es el objetivo de los investigadores Nancy Madden y Robert Slavin.

“El mayor reto al que se enfrenta la educación del siglo XXI es conseguir que todos los niños tengan un nivel de educación básica: que saquen buenas notas en mates y que sepan leer”, asegura Robert Slavin, director del centro de investigación y reforma en la educación de la John Hopkins University y miembro del Comité Directivo de la fundación Success For All.

Ahora, el reto está en cómo afrontar este desafío, que los menores, tengan la situación socioeconómica que tengan, puedan alcanzar el mismo nivel de educación.

“Cuando hablamos de niños de entornos humildes, no podemos conformarnos con la segunda mejor opción. Ellos también deben tener acceso a los mejores programas y prácticas para poder tener éxito en los niveles más altos”, defiende Robert. “Hay que invertir los recursos en prácticas educativas que sepamos que funcionan, basándonos en los resultados de investigaciones y evaluaciones rigurosas”, añaden.

Y sobre este tema también trabaja la investigadora Nancy Madden, profesora en el mismo centro y presidenta de Success For All. Sus conclusiones se pudieron conocer en el ciclo de conferencias (R)evolución Educativa organizado por el programa EduCaixa.

Para saber cuáles son esas conclusiones, y qué es la reforma educativa basada en la evidencia que defienden estos investigadores, puedes seguir leyendo en el portal social social Alma.