La parálisis facial se produce a consecuencia de un mal funcionamiento del nervio facial que impide que puedas mover los músculos de la cara parcial o totalmente. Puede afectar a uno o a ambos lados de la cara, produciendo la pérdida de movilidad y, por consiguiente, de expresión. Los párpados se caen, el paciente no puede sonreír ni hablar con normalidad e incluso puede presentar cierto babeo y aumento de la sensibilidad ante el ruido en el lado afectado. Cualquiera de estos síntomas es sumamente preocupante; sin embargo, en la mayor parte de los casos, el pronóstico es favorable y, con la intervención médica adecuada, la mayor parte de los pacientes se recupera en pocos meses

“La parálisis facial no es una enfermedad contagiosa ni maligna, pero las secuelas funcionales, sociales y psicológicas de los pacientes hacen prioritario un tratamiento multidisciplinar desde una Unidad de Parálisis Facial hospitalaria”, explica la doctora Lorena Pingarrón, coordinadora de la Unidad de Parálisis Facial del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid. Y es que esta unidad cuenta con un equipo multidisciplinar formado por especialistas de los servicios de Cirugía Maxilofacial, Otorrinolaringología (ORL), Medicina Física y Rehabilitación, Oftalmología, Neurocirugía, Servicio de Neurología y Neurofisiología, y Servicio de Radiodiagnóstico, área de Neurorradiología. “Todos ellos actúan de manera coordinada para ofrecer el tratamiento más adecuado a los pacientes con parálisis facial, tanto aguda como de larga evolución”.

Esta patología afecta a unas 30 personas por cada 100.000 habitantes. Aunque su curso es generalmente benigno, puede dejar secuelas irreversibles. De ahí la importancia del diagnóstico precoz, para poder actuar cuanto antes.

Causas de la parálisis facial

La forma más frecuente es la llamada parálisis de Bell, que se produce de manera súbita. Los especialistas la tildan de parálisis idiopática, es decir, sin causa conocida. Sin embargo, sí se ha podido demostrar la asociación a infecciones causadas por el virus herpes, que puede provocar una lesión en el nervio facial con pérdida de trasmisión del impulso nervioso. “Esta causa es más frecuente asociarla a personas con periodo de estrés intenso, embarazo o estado de inmunosupresión”, puntualiza la especialista.

La segunda causa de parálisis facial es la infección por virus herpes zoster. “Debuta con vesículas alrededor de conducto auditivo o región lateral de la cara y a diferencia de la anterior, en estos casos se asocia a dolor hemifacial y la parálisis tiene un curso más severo”, comenta la Dra. Lorena Pingarrón.

Asimismo, añade la doctora, puede estar provocada por traumatismos intracraneales provocados por accidentes de tráfico, atropellos o deportes de riesgo, traumatismo facial, heridas por arma blanca que seccionan el nervio en la rama principal o en ramas más periféricas paralizando una zona concreta de la cara, secuelas de cirugía de tumores malignos o benignos de la glándula parótida o de la base del cráneo, entre otros.

Sea cual sea la causa, el abordaje es siempre complejo y multidisciplinar por lo que es muy importante acudir cuanto antes al especialista. “El diagnóstico precoz y el adecuado tratamiento médico son fundamentales para aportar a los pacientes el máximo rango de recuperación desde fases agudas. Por ello el paciente que debute con parálisis facial de forma súbita debe acudir a la urgencia de centros especializados para comenzar desde el primer momento con el tratamiento adecuado y que le deriven al cirujano maxilofacial o al otorrino de la unidad”, enfatiza la Dra. Lorena Pingarrón. En estos casos resulta vital la protección de la córnea, ya que no se puede cerrar el párpado del lado afectado y se pierde el reflejo del parpadeo: “Es fundamental dejar el ojo tapado durante el descanso nocturno y lubricarlo continuamente con colirios apropiados”.

En el caso de la parálisis idiopática, el 80% de los pacientes se recuperan por completo en unos meses sin necesidad de tratamiento quirúrgico

El pronóstico de la enfermedad va a depender de la causa y el tiempo de evolución. En el caso de la parálisis idiopática, el 80% de los pacientes se recuperan por completo en unos meses sin necesidad de tratamiento quirúrgico. Sin embargo, las expectativas en los casos en los que es necesario aportar el estímulo de un nuevo nervio para recuperar la movilidad de la cara no son tan favorables. “El pronóstico depende del grado de afectación, de la edad del paciente, de los tratamientos asociados de radioterapia que tuviera que recibir en el caso de tumores malignos. Y un factor muy importante es el tiempo de evolución de la parálisis facial. Por ello los pacientes deben ser evaluados lo antes posible”, recomienda

El diagnóstico se hace a través de una exploración física y se complementa con estudios de imagen como resonancia magnética o electromiograma facial. Todas estas pruebas sirven para concretar mejor la causa, el grado de la parálisis y el pronóstico de recuperación.

El tratamiento siempre se prescribe de forma individualizada ya que hay diferentes opciones, según la causa y grado de afectación. Los especialistas recomiendan derivar a Unidades de Parálisis Facial aquellos casos que presenten una evolución de meses o años.