El Papa León XIV ha mantenido este sábado un encuentro con los miembros de la Unión Interparlamentaria Internacional en el Aula de las Bendiciones, en el marco del Jubileo de los Gobernantes que se realiza del 21 al 22 de junio en Roma, donde se ha referido al papel de la política en el mundo actual.

"En efecto, si consideramos el servicio que la vida política presta a la sociedad y al bien común, puede verse verdaderamente como un acto de amor cristiano, que nunca es mera teoría, sino siempre un signo concreto y testimonio de la constante preocupación de Dios por el bien de nuestra familia humana", ha argumentado al respecto.

Ante las delegaciones provenientes de más de 60 países, como recoge 'Vatican News', el Papa ha planteado tres consideraciones en el actual contexto. Así, en primer lugar, se ha referido a la responsabilidad de promover y proteger, al margen de cualquier interés particular, en especial defendiendo a los más vulnerables y marginados.

"Aquellos que viven en condiciones extremas claman para que se escuche su voz, y a menudo no encuentran oídos dispuestos a oír su súplica", ha lamentado. En tal sentido, ha precisado que "este desequilibrio genera situaciones de injusticia persistente, que fácilmente conducen a la violencia y, tarde o temprano, a la tragedia de la guerra".

"La política sana, en cambio, al promover una distribución equitativa de los recursos", ha añadido Prevost, "puede ofrecer un servicio eficaz a la armonía y a la paz, tanto a nivel nacional como internacional".

La segunda reflexión del Papa León XIV ha girado en torno a la libertad religiosa y el diálogo interreligioso, un ámbito que, a su juicio, ha cobrado mayor relevancia en la actualidad. En este punto, ha afirmado que "la vida política puede contribuir mucho fomentando las condiciones para que haya una auténtica libertad religiosa y se desarrolle un encuentro respetuoso y constructivo entre las diferentes comunidades religiosas". Por ello, ha defendido que, "para contar con un punto de referencia común en la actividad política y no excluir a priori toda consideración de lo trascendente en los procesos de toma de decisión, sería útil buscar un elemento que nos una a todos". El pontífice también se ha referido a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, como parte del patrimonio cultural de la humanidad.

Sobre la inteligencia artificial y su futuro

Por otro lado, el Papa ha destacado el "gran desafío" que supone la Inteligencia Artificial (IA) aunque ha apostillado que será "de gran ayuda para la sociedad, siempre que su empleo no menoscabe la identidad y la dignidad de la persona humana y sus libertades fundamentales".

"No hay que olvidar que la inteligencia artificial funciona como una herramienta para el bien de los seres humanos, no para disminuirlos, no para sustituirlos. Lo que está surgiendo es, de hecho, un reto importante, que requiere gran atención y previsión para proyectar, también en el contexto de los nuevos escenarios, estilos de vida sanos, justos y saludables, especialmente por el bien de las generaciones más jóvenes", ha razonado.

Por último, el Papa ha aconsejado a los gobernantes volver la mirada hacia Santo Tomás Moro, "un hombre fiel a sus responsabilidades cívicas, un perfecto servidor del Estado precisamente por su fe, que lo llevó a concebir la política no como una profesión, sino como una misión para la difusión de la verdad y del bien". Como ha detallado, "puso su actividad pública al servicio de la persona, especialmente de los débiles y de los pobres; gestionó las disputas sociales con un exquisito sentido de la justicia; protegió a la familia y la defendió con un compromiso tenaz; y promovió la educación integral de la juventud".

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