El caso de la presunta hija secreta de Juan Carlos I desvelado en el libro de los periodistas José María Olmo y David Fernández ha provocado un terremoto a todos los niveles. Alejandra de Rojas, principal protagonista de una historia que supone un nuevo escándalo en la estructura monárquica del país y en la figura del ex monarca, está actualmente casada, tiene un hijo y nunca ha reclamado sus derechos sucesorios. Si bien es verdad que en un primero momento no sabía quién era su padre, cuando lo supo siguió como si nada, optando por continuar con su vida.

De Rojas sería la cuarta hija bastarda junto al fallecido Albert Solá -quien murió de forma repentina-, la belga Ingrid Sartiau y la catalana María Alexandra. Ella llega al mundo a finales de los 70, principios de los 80 según El Confidencial, en 1970 según Lecturas. En cualquier caso, lo que sí adelantaba en su día Pilar Eyre y confirma ahora el documento actual es que Alejandra de Rojas fue fruto de la relación extramatrimonial que mantenía el entonces Jefe de Estado y la aristócrata Charo Palacios.

Fundador de La Falange con Primo de Rivera

Esta segunda se casó con Eduardo de Rojas Ordóñez, V conde de Montarco y fundador de La Falange junto a José Antonio Primo de Rivera. Era viudo de María Pardo-Manuel de Villena, su primera mujer y con la que tuvo cinco hijos. La diferencia de edad era palpable entre las partes, y es que mientras él tenía 60 años, ella apenas cumplía los 30.

Se instalaron en uno de los barrios madrileños más pudientes, El Viso, en la calle del Doctor Arce, y tuvieron un niño llamado Julio en 1968. Después, con los datos que se tenían hasta la fecha, a Alejandra. Se entiende que Ordoñez no sabía de la relación de la musa aristócrata de la Alta Costura española con el emérito, a no ser que la conociera y prefiera, de forma individual o de mutuo acuerdo, mantenerlo en secreto.

Eduardo de Rojas murió en 2005 a los 96 años de edad, habiendo destacado en las labores de campo y en el seno periodístico, aunque tuvo especial relevancia en política, ya que fue fundador de Falange junto a José Antonio Primo de Rivera, de quien era amigo íntimo. Se alistó en la División Azul y fue detenido en Bielorrusia, donde conoció a Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco y con quien también mantendría una buena relación de amistad durante años.

El último matrimonio que mantuvo fue, precisamente, con Charo Palacios, pues en los 40 formó una familia con María Pardo de Villena, con quien tuvo seis hijos. Pasaron la mayor parte del tiempo en el palacio de Ciudad Rodrigo en cuyo interior se encontraba “la habitación de Fraga” porque el político se hospedó allí en el transcurso de un viaje. Sin embargo, los invitados más ilustres fueron el Duque de Windsor y Wallis Simpson, que acudían al lugar guiados por la promesa de que si Eduardo VIII conseguía un acuerdo entre Gran Bretaña y la Alemania de Adolf Hitler le devolvería el trono.  

Las diferencias entre Charo Palacios y la primera familia del conde fueron palpables y quedan reflejados en un reportaje de Vanity Fair en el que una de las hija del anterior matrimonio, Ana de Rojas, asumía lo siguiente: “Nosotros hemos callado mucho y ellos no van a responder porque no les conviene”.

Charo Palacios

Por su parte, Charo Palacios (Rosario Palacios Calleja) brilló con luz propia en los años 50 y 60 con un estilo muy marcado. Nació en plena Guerra Civil Española, en Lisboa. Hija del científico Julio Palacios, una de las personas encargadas de cuidar a Juan Carlos I cuando éste era un niño, empezó trabajando en una pequeña tienda en la calle Alcalá para convertirse después en la musa favorita del modisto Elio Berhaner, emblema de la alta costura de los años 60 y 70. El imperio del modisto se extendió por más de 200 tiendas solo en España y fue el precursor del vestuario de azafatas del Mundial de Fútbol de 1982. Lucía Bosé, Nati Mistral y la propia Reina Sofía lucieron sus creaciones.

Continuando por Palacios, la madre de Alejandra de Roja estuvo invitada a la boda de Juan Carlos I con Sofía de Grecia. Su familia tenía una residencia de verano en Sanxenxo, una de las ubicaciones preferidas del emérito y donde ahora se hospeda el padre de Felipe VI cada vez que regresa de Abu Dabi. Tuvo varios amores además del V Conde de Montarco, siendo el más millonario Pepe Gandarias. Como aspectos más negativos, se cuenta que tenía un carácter muy fuerte hasta el punto de que en mitad de una fiesta le estampó a su entonces marido un cuadro en la cabeza.