La regulación de los productos homeopáticos ya está en marcha. Pese a que desde el Gobierno se ha reconocido que "no curan" y que "no hay evidencia científica que los respalde",  ya se ha publicado en el Boletín Ofical del Estado la Orden Ministerial que regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensacón de este tipo de terapias en las farmacias. Las empresas tienen un plazo de tres meses para registrarse y adecuarse a las condiciones que dicta esta legislación. 

Son muchas las voces que se han alzado contra esta medida. Varias comunidades autónomas han dejado claro que es inaceptable que se denomine a estos productos "medicamentos",  postura que comparten la comunidad científica casi en su totalidad y muchas asociaciones de pacientes, como la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA). 

Aunque la normativa es una transposición de una Directiva de la Unión Europea que no se podía eludir, consideran que podía haberse hecho más para evitar esta confusión y proteger a los consumidores. 

Para FECMA, que representa a más de 40.000 mujeres, la medida "va en detrimento de la salud de los pacientes". Insisten que "no está probada científicamente la eficacia terapéutica de estos productos", por lo que consideran que el ministerio y los organismos competentes "deber ser muy severos a la hora de autorizar la venta de estos productos en farmacias".

Del mismo modo la federación llama la atención sobre el hecho de que los establecimientos farmacéuticos españoles, en su mayoría, venden ya productos homeopáticos, de manera que "deben ser los primeros en asumir la responsabilidad de evitar confusiones comercialmente interesadas y mensajes que puedan contener publicidad engañosa". A su juicio este tipo de terapias deberían ir acopañadas de "una leyenda que especifique su inocuidad y su carencia de garantías terapéuticas".

Aurora García, integrante de FarmaCiencia, asegura no encontrar justifiación para algo así. "Todas las directrices europeas son adaptables a tu propia legislación", subraya. "Muy pocos países de la Unión Europea consideran estos productos medicamentos" . Para esta doctora en farmacia la medida es "grave", dado que "solo habrá que demostrar que se fabrican con calidad y no hacen daño". Por otro lado, que ya no estén en un limbo legal, y "que sea el ministerio el que los avale, que se vendan en un establecimiento sanitario y que lo haga un sanitario, hace todavía más difícil la explicación a aquellos que no tienen un criterio formado".

Por otro lado, la ley "tiene una pequeña trampa", apunta García. "Obliga a poner en el envase 'sin indicación terapéutica', lo cual es todavía peor. Al no tener indicación específica puede servir para todo. Queda a expensas del criterio de la persona que lo prescribe o del farmacéutico que lo vende", subraya. 

Debe quedar claro que la homeopatía "no va a curar el cáncer", advierte. Banalizar el tema es "muy duro  y muy fuerte", puesto que "la gente deseperada recurre a lo que sea". 

Eso sí, pese a no haber evidencia científica que avale la homeopatía, de lo que no hay duda es de que se trata de un negocio multimillonario