Con la controvertida iniciativa del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, con los votos de PP y Vox, de apostar por legalizar regadíos en Doñana, además de poner en riesgo letal este paraje declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, tira por la borda ese anuncio estrella de la Junta de hacer “una revolución verde para convertir a Andalucía en un referente mundial de la lucha contra el cambio climático”.  Pero también, al hilo de poner sobre la mesa de actualidad este gran espacio natural protegido, la demonización y nombre de Doñana se ha popularizado tanto que muchas personas comienzan a interrogarse por el origen del nombre, una denominación que tendría nombre de mujer si separamos el “do” de Doñana y se reduce a “ana”.

Doña Ana de Silva y Mendoza

Lo cierto, es que desde hace años el origen del nombre “Doñana”, se ha dado a rumorología y diatribas. Para unos habría que vincularlo a Doña Ana de Silva y Mendoza, hija de la Princesa de Éboli y esposa del VII Duque de Medina Sidonia. Este noble fue el responsable de la construcción del Palacio a partir de 1568.

Ana de Mallarte

Pero la versión posiblemente más extendida y con visos de verosimilitud, a la vez que defendida por más investigadores, es la que asocia el nombre a Ana de Mallarte, esposa de Sancho de Herrera, Alcaide de Sanlúcar de Barrameda, a quién el Duque de Sevilla, Alonso Pérez de Guzmán, arrendó, en nombre de su esposa, las Dehesas del Carrizal y la Ahulaga en 1523. Eso aconteció medio siglo antes de que apareciera en este territorio doña Ana de Silva.

Conviene recordar que en un documento que data de 1567, ya se menciona el acarreo de materiales para reformar la casa del “Hato de Doña Ana”. La duquesa Doña Ana no llegó a la actual reserva hasta 1581, ya que en 1567 la duquesa contaba con 6 años de edad. En los documentos de la casa Ducal de Medina Sidonia, se cita su palacio como “casa de mi bosque de las Rocinas”. Es a partir del siglo XVII cuando se comienza a hablar del “bosque de Doña Ana”.

El hato de Doñ Ana

Según distintas fuentes, doña Ana de Mallarte ubicó allí su ganado construyendo un "hato" (hacienda de campo, generalmente destinada a la cría de toda clase de ganado, y principalmente del mayor) que pasó a llamarse “el hato de Doñ Ana”. Es, por tanto, muy seguro, que radique en este topónimo el origen del nombre. Posteriormente, se extendió con el nombre Ana a otros lares como las Casas de Doña Ana, Palacio de Doña Ana, Coto de Doña Ana, y posteriormente a la de Coto de Doñana. Esta información la reproduce el experto Francisco García García en su trabajo “Doñana en su historia” publicado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales.

Doñana se escribe con nombre de mujer

En todo caso, parece más que demostrado la existencia de una mujer, llamada Ana, en el origen del nombre. Doñana se escribe con nombre de mujer. Una mujer que da nombre a un paraje en peligro y que, de nuevo, vuelve a ser agredido.