Es campeón del mundo, pero su mundo es cada vez más chico, provinciano y desconectado. Luis Rubiales se va quedando solo a medida que pasan los días, sin embargo, no hay señales de autocrítica y reflexión. Al contrario, el núcleo duro de Rubiales parece haberse encerrado en una caverna y, como en el mito de Platón, interpretar la realidad a través de sombras.

Su visión es única y difícil de compartir. La propia familia de Rubiales vive en una realidad paralela. Un audio del padre sorprende por el tono arrogante con el que trata de transmitir tranquilidad y desmerecer todo el revuelo causado por su hijo. “No os preocupéis”, “lo hemos hecho bien”, dice Luis Manuel Rubiales López, quien fuera alcalde de Motril y se viera salpicado por el caso más oscuro de corrupción en Andalucía, los ERE.

El Plural ha tenido acceso al mensaje del padre de Rubiales en el que pide a su entorno que no se desmoralice, “ni sintáis que esto ya ha terminado, que esto tiene su recorrido”. El padre de Rubiales define la suspensión de la FIFA como un mero trámite. Lo que la FIFA hace es que “inicia una investigación y, lógicamente, como hay dos personas afectadas, pues a los dos les comunica que no se pongan en contacto”.

Además, el padre aclara que la suspensión es “cautelar” y especifica que solo por 90 días, pero a pesar de todo, explica el progenitor, Luis Rubiales “sigue siendo presidente de la Federación”. Oyendo al padre, nada está pasando, es todo mero formalismo de la FIFA para pasar la tormenta durante 90 días. Pero los de dentro saben que, en realidad, todo está controlado Ya sabéis, en el mundo de Rubiales existe esa clara distinción entre lo que pasa realmente adentro y lo que sucede de cara al público, lo contrario a la transparencia.

 “Veréis como nos van a dar la razón porque tenemos la razón”

El padre de Rubiales asegura que, cuando avance la investigación de la FIFA y presenten todas las pruebas, veréis “como nos van a dar la razón”. ¿Qué pruebas?, ¿se referirá a esa conversación telepática que Luis asegura que mantuvo con Jenni para obtener consentimiento a “un piquito”?

Para Rubiales padre, al igual que para su hijo, el problema no está en el comportamiento indecoroso, ni en la apropiación de la victoria de las jugadoras y de las propias jugadoras, como si fueran su ganado… ni tampoco en el desprecio a la sensibilidad feminista que protege el espacio de la mujer de testosterona no deseada como “gilipolleces” o la instrumentalización de una Real Federación para ocultar, mentir y salvar el pellejo.

Para Rubiales padre, al igual que para su hijo, el problema sí está en la prensa.

“Lo que pasa es que los periódicos ya sabéis… están actuando siguiendo instrucciones de quienes les pagan”, explica el padre, que señala incluso en su audio al principal periódico de Granada, Ideal.

“Los periódicos van a los suyo, pero nosotros vamos a defender que lo hemos hecho bien y que mi hijo lo ha hecho bien y que no hay ningún problema”. Ningún problema, no sabemos qué pensará Rubiales padre de que, más allá de la provincia de Granada, de Andalucía e incluso España, la prensa internacional también asista atónita al esperpento de su hijo. ¿No llama la atención en el mundo Rubiales que todo el planeta se haya confabulado de la noche a la mañana para escoger alguien al que perseguir?

Con mandato divino

Pareciera que los ciudadanos, aquellos afectados por ese mal, o “lacra” que es el “falso feminismo”, como dijo el aún presidente de la RFEF, no nos merecemos el mundo Rubiales. La familia Rubiales cree que la justicia finalmente prevalecerá, de ahí ese “no os desmoralicéis” del padre. La madre, sin embargo, sí parece algo más preocupada, hasta el punto de que ha optado por la mediación divina.

Ángeles Béjar se ha declarado en huelga de hambre y se ha encerrado en la iglesia Divina Pastora de Motril hasta que cese la "cacería inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece".

La madre de Rubiales pide a Jenni Hermoso que “diga la verdad” y mantenga su reacción inicial, aquella desenfada que tuvo mientras celebraba ser campeona del mundo. Como si el hecho de que la jugadora no hubiera forcejeado o abofeteado a su presidente implicara que sí hubo consentimiento. Ya saben, el equivalente a ese perniciosa y antigua pregunta de “¿se resistió usted mucho a su violador o se dejó abusar porque lo buscaba?”, de nuevo, culpabilizar a la víctima. Eso sí es, al fin y al cabo, falso feminismo de libro.

No es de extrañar que, en el mundo Rubiales, parezca que todo se está sacando de quicio y que lo único que importa y debe importar, es que somos campeones del mundo. Pero ser campeonas del mundo no da licencia a comportarse como un cavernario. Al contrario, la estrella sobre el escudo de España es un reconocimiento con carga: hay que ser ejemplares. Me temo que en el mundo Rubiales no entienden esto de la misma manera.