Tirar arroz y pétalos en una boda puede salir muy caro. Así ha ocurrido en la Parroquia de San Nicolás de Bari, en Sevilla, que ha fijado en 140 euros la fianza que deben entregar los novios antes de su enlace, además de comprometerse verbal a prescindir de esta costumbre casi intrínseca al rito matrimonial.

Así lo cuenta el periodista Jesús Bayort, convencido de que la icónica imagen de los novios refugiándose de la lluvia de arroz y pétalos que sus amigos y familiares le arrojan a la salida de su enlace matrimonial puede tener las horas contadas en Sevilla.

De hecho,  tal y como recoge el ‘ABC de Sevilla’, ya hay parroquias que lo prohíben a los prometidos, imponiéndoles una fianza económica previa que sólo recuperarán en el caso de que no se produzca dicho lanzamiento.

Es el caso de la Parroquia de San Nicolás de Bari. Una parroquia que ya ha sido sancionada con 200 euros de multa por el Ayuntamiento de Sevilla por este motivo, pese a que el párroco asegura que siempre han recogido con diligencia los restos de cada enlace.

El Consistorio se ampara en la Ordenanza Municipal de Limpieza Pública y Gestión de Residuos, que prohíbe expresamente “tirar o abandonar en la vía pública toda clase de residuos, tanto en estado sólido como líquido”, considerando que este tipo de ornamentos son “residuos” desde el mismo instante en que impactan en el acerado.

Según recogen las ordenanzas municipales, aprobadas en el Pleno, se considera a la Iglesia como responsable de estos actos, aunque evidentemente son lanzados por los invitados de los contrayentes.

En concreto, el capítulo 2 (actividades en la vía pública) de esta ordenanza, en su artículo 12 señala que “las actividades que puedan ocasionar suciedad en la vía pública exigen de sus titulares la obligación de adoptar las medidas preventivas y correctivas necesarias para evitarla, así como la de limpiar la parte de ella y de sus elementos que se hubieran visto afectados, y la de retirar materiales residuales. La Autoridad Municipal podrá requerir al responsable para que efectúe las acciones de limpieza correspondientes». Finalmente, la ordenanza municipal advierte que «en caso de que los organizadores de estos eventos no repongan las vías a su estado de limpieza óptimo, el organizador será apercibido”.

Ante la pregunta de a quién debemos considerar como el «organizador» de una boda, a la Iglesia o a los novios, el párroco de San Nicolás ha optado por prohibir taxativamente las pomposas salidas de los novios, curándose en salud con una fianza (140 euros) de una cuantía aproximada al importe reducido de la sanción que ha recibido recientemente, en el caso de optar por el pago pronto: 120 euros.

Preguntado el Ayuntamiento de Sevilla por este tipo de sanciones, la respuesta que ha concedio al diario ‘ABC de Sevilla’ es que en la capital hispalense, “como en cualquier otra ciudad, desde hace ya bastantes años se considera arrojar arroz como si arrojas un residuo más a la vía pública y no lo recoges (sea cual sea el residuo).

En el caso de Sevilla, la prohibición de tirar residuos viene recogida en la ordenanza municipal de limpieza de hace diez años y fija un régimen de sanciones. Esto se aplica también a los organizadores de eventos o actividades o a quienes ocupan de la vía pública. En el caso de una boda, se considera que quien organiza la boda es la iglesia en cuestión; en el caso de los veladores, la retirada de los residuos será por el espacio ocupado.

De hecho, hay iglesias en Sevilla donde los propios sacerdotes piden tirar el arroz o los pétalos del atrio para adentro, y no hacia el exterior, para evitar estas situaciones de tener que limpiar.