Contabilizar el número de muertes por coronavirus en todo el mundo se antoja harto complicado. Sin embargo, la revista The Lancet ha elaborado un estudio cuyos datos no son nada positivos. Según sus análisis, ha habido 18,2 millones de decesos entre principios del año 2020 y finales de 2021, lo que implicaría el triple de lo que proyectan los datos oficiales.

El país con una tasa de exceso de mortalidad más alta es Bolivia. Según los autores de la investigación, los países andinos son los que más han acusado y sufrido la pandemia. Eso sí, admiten que sus avances deberán ser complementados por otros estudios.

Los investigadores destacan que “las estadísticas oficiales sobre los decesos del Covid-19 solo dan una imagen parcial del verdadero saldo de la mortalidad”. De ser ciertos esos datos, la enfermedad sería una de las principales causas de mortalidad en el mundo en 2020 y 2021.

Los datos oficiales reflejan 5,94 millones de muertos en el mundo entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021. El exceso de mortalidad corresponde al diferencial entre el número de decesos, sea cual sea la causa de su muerte, y el número de muertos previsto, a partir de las series estadísticas previas. Para hacer el trabajo, los autores elaboraron una base de datos a partir de las cifras de cada país, y varios modelos para predecir la tasa de mortalidad prevista si no hubiera ocurrido el Covid-19.

Así, “de los 12,3 millones de muertos suplementarios, en comparación con los decesos de Covid-19 contabilizados, una parte sustancial provendría probablemente de infecciones causadas por el Sras-CoV-2", aseguran.

El quid de la cuestión es que tales infecciones provocadas por el coronavirus no habrían sido diagnosticadas. Asimismo, a causa de la pandemia, gente con problemas médicos de otro tipo no pudieron recibir cuidados sanitarios adecuados, o sufrieron problemas de salud a causa de las medidas contra el Covid-19.

Europa oriental, central y el sur de África se sitúan como las regiones mundiales con peores datos tras los países andinos. Los países más aislados, Australia y Nueva Zelanda, presentan la menor tasa de exceso de mortalidad.