La mañana de este sábado el mundo del cómic y el humor gráfico ha sufrido una gran pérdida. El genio que dio vida a Mortadelo y Filemón, Rompetechos y a todos los vecinos del 13, Rue del Percebe, Francisco Ibáñez, fallecía en Barcelona a los 87 años este 15 de julio. No obstante, el reconocido y genial dibujante español, cuya carrera se destacó por su creatividad inigualable y su habilidad para hacer reír a millones de lectores, ha dejado un inmenso legado tras de sí.

La editorial Penguin Random House lamentaba la muerte del historietista en un tuit, siendo los primeros en hacer público el fallecimiento. En él se ha reivindicado a Ibáñez como "la figura más importante del cómic español". "Con enorme tristeza desde Penguin Random House Grupo Editorial comunicamos que esta mañana ha fallecido en Barcelona el gran dibujante e historietista Francisco Ibáñez", rezaba la publicación.

"Despedimos a la figura más importante del cómic español. Nos deja el enorme legado de su lucidez, sentido del humor y más de 50.000 páginas con personajes memorables que han hecho felices a un gran número de lectores", recordaban desde la editorial con cariño, añadiendo: "¡Hasta siempre, maestro!".

Un genio que nos hizo reír a todos

Francisco Ibáñez, nacido el 15 de marzo de 1936 en Barcelona, apenas cuatro meses antes de dar comienzo la guerra civil española, se ha convertido en una figura icónica del cómic dejando una huella imborrable en el corazón de miles de lectores repartidos por todo el mundo. Su obra más célebre, las aventuras de Mortadelo y Filemón, ha sido un gran fenómeno cultural entre niños y mayores.

A lo largo de su prolífica carrera, Ibáñez fue capaz de mezclar magistralmente el humor absurdo, la sátira social y la crítica política en sus historias. Sus personajes únicos y entrañables se convirtieron en compañeros inseparables para muchos lectores, y las ocurrencias y enredos que se planteaban en sus obras siempre arrancaron sonrisas.

Asimismo, las obras de Ibáñez han trascendido las fronteras, siendo publicadas y disfrutadas en multitud de países, sobre todo de habla hispana. Sus historietas lograron transmitir la realidad de una manera ingeniosa y divertida. Su estilo único e inconfundible ha dejado una marca indeleble en el mundo del cómic.

Obras inmortales

Francisco Ibáñez ha dejado un legado extraordinario a lo largo de su carrera, por lo que, aunque él ya no esté, su arte vivirá para siempre. Unas obras que se han caracterizado por su humor ingenioso, unos personajes inolvidables y un estilo gráfico inconfundible. Estas son algunas de sus principales creaciones:

Mortadelo y FilemónEsta icónica serie sigue las aventuras de dos agentes de la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea), Mortadelo y Filemón. Sus historias están llenas de situaciones cómicas, enredos y parodias de la sociedad. La dupla protagonista, junto con personajes secundarios como el Súper y el profesor Bacterio, ha conquistado el corazón de lectores de todas las edades.

13, Rue del Percebe: Proablemente la serie cómica más conocida del dibujante, solo superada por Mortadelo y Filemón, que se desarrolla en un edificio con múltiples personajes y pisos, cada uno con sus particularidades. Cada viñeta muestra situaciones cómicas y cotidianas que ocurren en el edificio, creando un retrato humorístico de la vida en comunidad.

Rompetechos: El personaje de Rompetechos es un hombre, más bien pequeño, que ve regular. Sus historias se centran en sus peripecias y en cómo su miopía lo lleva a situaciones cómicas y equívocos. El humor visual y los juegos de palabras son elementos distintivos de esta serie.

Pepe Gotera y Otilio: Esta serie presenta a dos albañiles, Pepe Gotera y Otilio, a los que no se les da demasiado bien su oficio. Sus intentos por realizar trabajos de construcción nunca salen según lo planeado, lo que da lugar a situaciones cómicas y desastres hilarantes.

El dibujante que burló la censura franquista

Ibáñez trabajó y publicó parte de sus cómics mientras España sufría la censura franquista. Durante gran parte de su carrera, que comenzó en la década de 1950, el país estaba bajo el régimen dictatorial del general Francisco Franco, y existía una estricta censura que afectaba a diversas formas de expresión, incluyendo, desgraciadamente, el cómic.

La censura en España durante aquel tiempo implicaba la revisión y aprobación previa de todo el material publicado, lo que limitaba la libertad de expresión y ponía restricciones en cuanto a la temática y el contenido de las obras. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, Ibáñez logró encontrar formas creativas de sortear la censura y plasmar su ingenio en sus historietas. 

Utilizó técnicas de humor y sátira para abordar temas de actualidad y crítica social de manera velada, disfrazando sus mensajes a través de la comedia y la exageración. Esto le permitió transmitir sus ideas y comentarios de una manera indirecta.

Aunque este contexto histórico de censura influyó en el tipo de humor y las temáticas que se abordaban en los cómics de Ibáñez a comienzos de su carrera, a medida que España avanzaba hacia la transición democrática en la década de 1970, los cómics del historietista pudieron explorar una gama más amplia de temas y estilos.

Reconocimientos más que merecidos

A lo largo de su carrera, Francisco Ibáñez recibió numerosos premios y reconocimientos por su excepcional contribución al arte del cómic. Entre ellos se encuentran el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, el Premio Haxtur al Mejor Dibujante y el prestigioso Premio Nacional del Cómic de España, que destacó su trayectoria y su impacto duradero en la industria.

La noticia del fallecimiento de Francisco Ibáñez ha conmocionado al mundo del cómic y ha generado un gran pesar entre sus seguidores. Sus contribuciones únicas al arte y al humor perdurarán como un testimonio de su genialidad y talento. Descansa en paz, Francisco Ibáñez.