Continúa la lucha de las monjas de Belorado contra la Santa Sede. Tras anunciar en mayo que abandonaban la Iglesia de Roma, este convento de Burgos ha protagonizado varios episodios. Este jueves, la visita de una comitiva del Vaticano ha derivado en una visita de la Guardia Civil y la reprobación del Arzobispado. Las clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia) se alinearon con la Pía Unión de San Pablo Apostol por la "persecución" de la Iglesia, que no les otorgó la licencia de venta del convento de Derio y les impidió "cumplir con los pagos" del Monasterio de Orduña.
Alrededor de las 14:00 horas del jueves, una comitiva de cuatro personas enviada por el Comisario Pontificio designado por el Vaticano se presentó en el Monasterio de Santa Clara de Belorado, en Burgos. Se trataba, según la Archidiocesis de la provincia, de sor Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu; Rodrigo Sáiz, apoderado del Comisario Pontificio y Carlos Azcona, notario del Tribunal Eclesiástico, además de una notaria ajena a la Iglesia.
Las iglesia no es "bien recibida" por las clarisas de Belorado
La delegación de la Santa Sede visitó el convento con intención de "establecer alguna línea de diálogo, de interlocución con las monjas", además de explicarles "las facultades jurídicas que le competen sobre la administración de los monasterios" y "transmitirles las notificaciones pertinentes del Tribunal con respecto a la apertura del proceso canónico correspondiente a la declaración de abandono de la Iglesia Católica".
La respuesta de las monjas ha sido firme: los miembros de la Iglesia no eran "bien recibidos" en el convento. Así lo dejó claro la exabadesa, sor Isabel, que instó a los miembros de la Santa Sede -excluyendo a la notario- a abandonar el Monasterio, amenazando con llamar a la Guardia Civil. La notario, a la que sí recibieron, entregó a las clarisas los documentos pertinentes, mientras los demás miembros de la comitiva esperaban fuera. A pesar de esto, la abadesa cumplió sus amenazas y la Benemérita acudió al convento.
El Arzobispado de Burgos ha lanzado un comunicado denunciando los hechos, reprobando el "gesto de hostilidad" de las clarisas. La actitud de las monjas, dicen, "demuestra la nula intención de establecer cualquier diálogo" con la Iglesia de Roma. Desde el Vaticano insisten en su voluntad de "tender puentes y de encontrar vías adecuadas para alcanzar una solución".
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