Ángel tiene 71 años. Hace año y medio, a principios de 2018, comenzó su particular calvario. Tras empezar con una neumonía, le detectaron un cáncer de colon. La enfermedad se había extendido y presentaba múltiples metástasis en el hígado, algunas de las cuales afectaban a estructuras vasculares de vital importancia. Inicialmente no era operable, así que pasó por 29 sesiones de quimioterapia.

Tras estas, los especialistas del Hospital General de Villalba, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, decidieron intervenir a Ángel utilizando un innovador programa del que disponen muy pocos centros en España: el programa de modelización tridimensional.

Planificar y practicar

Esta técnica “permite planificar de forma detallada y personalizada la intervención en cirugías hepáticas complejas”, explica el Dr. Tihomir Georgiev, médico adjunto del Servicio de Cirugía General y Digestiva del centro.

Utilizando las pruebas de imagen que se practican al paciente para realizar el diagnóstico se lleva a cabo “una reconstrucción tridimensional virtual y también física del órgano y de los tumores que van a ser intervenidos, localizando las lesiones en los lugares exactos y reproduciendo al detalle la anatomía y vascularizaciones concretas de cada caso”, detalla.

Pero, además, se puede simular la cirugía. El especialista tiene la posibilidad de entrenar en el ordenador y ver qué estructuras se pueden seccionar y cuáles no, lo que permite trazar estrategias totalmente personalizadas. De hecho, incluso se pueden imprimir los distintos resultados de la cirugía, cómo quedaría el órgano.

A esto hay que añadir que los modelos son esterilizables, lo que permite tenerlos en quirófano durante la intervención como una parte más del instrumental.

Modelo físico impreso en 3D del hígado y lesiones concretas

 

Gracias a esto, cuando los cirujanos intervinieron a Ángel tenían idea muy clara de lo que querían y finalmente pudieron hacer. “Fue una cirugía muy compleja”, recuerda el Dr. Georgiev, “pero el paciente ha podido preservar el volumen máximo posible de hígado, y, al mismo tiempo, se ha podido extirpar toda la enfermedad”.

Grandes resultados

Y es que los resultados no han podido ser mejores. El pronóstico actual es muy favorable, “algo casi inimaginable a principios de año, cuando se le administró la última sesión de tratamiento quimioterápico”, reconoce el médico. 

Ángel está contento y optimista. “Desde que me he operado me encuentro fenomenal, no he tenido ni un dolor y estoy feliz”, cuenta. “Estoy como si no me hubiera operado, casi mejor que antes en cuanto a la función del hígado se refiere; ¡y sigo mejorando!”, asegura.

Más precisa, segura y eficaz

El programa de modelización tridimensional individual tiene importantes ventajas. Al permitir planificar la intervención de forma detallada y personalizada conlleva mayor precisión, seguridad y eficacia.

“Se planifica todo al milímetro”, subraya el Dr. Georgiev. Esto facilita que se puedan extirpar lesiones con localización compleja, y que pueda hacerse preservando la mayor parte del hígado sano. En resumen, “permite obtener un resultado óptimo sin comprometer el funcionamiento futuro de hígado”, destaca.

En el caso de Ángel habría sido imposible lograr estos resultados. “Hace años la única finalidad del tratamiento quimioterápico en casos parecidos habría sido paliativa”, reconoce el cirujano. Ahora, sin embargo, gracias a los avances de la Oncología personalizada y la Cirugía, y a la colaboración de ambas especialidades, el futuro que se abre para Ángel es otro.

La técnica tradicional no proporcionaba ninguna garantía de éxito. “Los ocho nódulos se localizaban en zonas muy centrales del hígado, englobando venas que aseguraban su drenaje y muy próximas a otras igualmente vitales, y el tratamiento adecuado hubiera dejado muy limitada la reserva funcional del órgano, por lo que no se podía plantear una intervención que supusiera una resección amplia”, narra el Dr. Georgiev.

“En estos casos, la quimioterapia reduce las lesiones facilitando el abordaje y el resultado quirúrgico, pero perjudica el funcionamiento del hígado en un futuro, lo que nos obliga a buscar un equilibrio que permita extirpar toda la enfermedad al paciente sin comprometer su seguridad y manteniendo la mayor reserva hepática posible, y estas técnicas novedosas lo facilitan”, añade el Dr. Santiago González Ayora, médico adjunto del mismo servicio y cirujano del equipo quirúrgico que intervino a Ángel.

Por esta razón “la planificación preoperatoria se evidenció como la clave de este abordaje, la solución ideal”, recuerda el Dr. Georgiev. “La única opción era abordar cada lesión por separado preservando el máximo volumen hepático funcional, lo que requirió un estudio muy detallado de las estructuras anatómicas del hígado, solo factible mediante programas que pueden hacer reconstrucciones en tres dimensiones”, afirma.

Dos momentos de la intervención realizada

Trabajo en equipo y nuevas tecnologías

Hacerlo, sin embargo, no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto del Servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital, sin su coordinación con otros departamentos (Cirugía Vascular, Oncología, Unidad de Cuidados Intensivos, Endocrinología, Medicina Interna e Infecciosas, Radiología Vascular Intervencionista, Anestesia y Enfermería) y sin las nuevas tecnologías y abordajes quirúrgicos incorporados a su Unidad de Cirugía Hepatobiliopancreática Compleja.

Esto ha permitido “pasar de tener a un paciente con una enfermedad no curable, a tratarle con quimioterapia y poder intervenirle después, para que ahora mismo pueda estar libre de enfermedad”, subraya el Dr. González Ayora.

Con la incorporación de cada herramienta o técnica quirúrgica nueva “aumentan las opciones de poder proporcionar el mejor tratamiento quirúrgico, con mayor seguridad y mejores resultados, aun en casos donde el tratamiento quirúrgico no era posible hasta hace unos años”, indica. Y es que, como apostilla el Dr. Georgiev, “nuestro compromiso es que estas cirugías se hagan en las mejores condiciones y que el paciente reciba el mejor tratamiento posible, lo que requiere una colaboración muy estrecha entre todos los servicios implicados del hospital”.