Laura Galán (Guadalajara, 1986), es una de las actrices del momento por el papel de Sara en Cerdita, un thriller que contiene crítica contra la gordofobia. Es obra de Carlota Pereda y en el que participan, entre otros, Carmen Machi. Por su fuera poco, cuenta con un total de seis nominaciones a los Goya.

Pese a haber ganado más y más nombre desde el estreno del filme y que algunos ya la consideren un icono contra el acoso, esta alcarreña -humilde y risueña como demuestra en la conversación con ElPlural.com- no se considera ejemplo de nada. “Me parece una palabra muy grande. Yo soy muy chiquitita”, señala.

Laura reconoce no haber sufrido acoso como tal, aunque sí el que ella califica como estándar: “Cuando era joven e iba a comprar ropa, a veces era muy doloroso. Ten en cuenta que con esa edad la diversión de tu entorno y tus amigas es ese (…) A mí se me planteaban un montón de preguntas, algunos días incluso el por qué era así. Pero tampoco me molestaba, no entendía por qué a los demás sí”.

Aunque admite no tener una “receta mágica” para alguien que quiere escapar del bullying, sí da algunas herramientas que han ayudado a su persona cuando se ha visto fuera de la sociedad y que, espera, hagan lo propio con quienes lo están pasando mal, una función que, espera, cumpla también una de las películas del momento.

Seguramente este último haya sido uno de los aspectos que ha llevado a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas a postular a la intérprete como posible actriz revelación y a la película -que ya ganó un Goya cuando aún era corto- a competir hasta en cinco categorías más el próximo 11 de febrero en Sevilla. Además de muchos otros aspectos que destacan en la gran pantalla y que a nosotros se nos escapan. Pero para eso están ellos, los verdaderos protagonistas del Séptimo Arte.

PREGUNTA (P): ¿Qué dirías a alguien que sufre cualquier tipo de bullying, más en concreto gordofobia?

RESPUESTA (R): Yo nunca sufrí bullying, por lo que es más difícil ponerme en una situación así, aunque lo haya hecho de una manera ficticia en la película. Pero creo que le diría que no está solo ni sola, que puede pedir ayuda porque seguro que hay alguien que le va a tender la mano. Y también le diría que al final todo pasa, aunque haya situaciones muy injustas y/o dolorosas que no entendemos. 

P: Dices que no sufriste acoso de joven, pero sí que has hablado a veces de la discriminación estructural, entendiendo como tal la que algunas personas experimentan a la hora de ir a comprar ropa, por ejemplo. ¿Has sentido alguna vez que no encajabas en la sociedad? ¿Ha evolucionado -si es que sí- en problemas más graves como en la conducta alimentaria?

R: Aunque no he sufrido el bullying que aparece en la película, sí he experimentado, efectivamente, el que yo llamo bullying estándar. El caso concreto de la ropa es muy representativo y cuando eres adolescente, muy doloroso. Ten en cuenta que con esa edad la diversión de tu entorno y tus amigas es ese. 

En este aspecto sí que he sentido que no encajaba en algo que, por otro lado, no había elegido; pero es que tampoco me molestaba, por eso no entendía que a los demás les molestara. Cuando eres joven quieres encajar y muchas veces pasar desapercibida. A mí se me planteaban un montón de preguntas: por qué no podía acceder a eso, algunos días incluso cuestionarme por qué era así…

Pero no he tenido problemas más allá. Es verdad que también he estado muy bien rodeada desde pequeña, ya que mi familia y amigos han sido pilares básicos, pero pienso que ese no puede ser el único motivo por el que no haya sufrido bullying, porque eso sería como echar la culpa a la víctima, como si su entorno o su salud mental no fueran suficientes para aguantar. Y nada más lejos de la realidad, la culpa es de quien agrede. Por lo tanto, no tengo una receta mágica para decir por qué no sufrí acoso como tal, pero afortunadamente sucedió de esa manera.

No he sufrido 'bullying' como tal, pero sí 'estándar'. No entendía por qué a los demás les molestaba mi cuerpo

P: Las redes han traído consigo herramientas positivas contra el bullying, pero también son una puerta al mismo, sumado a la imagen distorsionada que ofrecen a veces del cuerpo, ¿qué cambiarías y que dejarías de ellas en este sentido?

R: Personalmente tengo una buena relación con las redes, especialmente con Instagram. Me divierto con ella, pongo lo que quiero... pero son un arma de doble filo, sin duda. Es como la plaza del pueblo, antes los chismes se contaban ahí y ahora en internet. 

He cambiado, o intentado al menos, el tema de los filtros. Me explico, a veces nos obsesionamos con las imágenes, ya sean nuestras o de los demás, y no nos damos cuenta de que están filtradas. Ahora trato de no usarlos, porque distorsionan la realidad. 

En cuanto a la parte positiva, destacaría las cuentas de apoyo. Creo que reconforta mucho tener una comunidad de personas que pueden sufrir gordofobia o que se sientan atacadas por sus cuerpos... De hecho, yo sigo a algunas de estas cuentas y me hace sentir bien y enseñan mucho. Se me viene a la cabeza la autora Magdalena Piñeyro (cofundadora de la plataforma digital Stop Gordofobia, filósofa y escritora) y mi libro de cabecera, del que ella es autora: 10 gritos contra la gordofobia. Ella en las redes es también muy activa y a mí me fortalece mucho y me ayuda a planificar mi discurso.

P: ¿Crees que tipos de acoso como la gordofobia se agravan por el hecho de ser mujer?

R: Sí. Es algo que he ido descubriendo a medida que crecía. En el colegio puede ser más o menos equivalente para chicos y chicas, pero en el momento en el que las mujeres saltamos la barrera y hay quienes nos ven como "objetos deseables" o se nos empieza a cosificar, sí que tenemos más exigencia. 

Pero no solo pasa con nuestros cuerpos, sino también en el trabajo, etc. A las mujeres siempre se nos pide más. Es algo tan básico como que nosotras llevamos tacones y los hombres no, o maquillaje, aunque esto último está también cambiando, afortunadamente. En cualquier caso, las mujeres siempre han estado más examinada físicamente que los hombres. 

Las mujeres siempre han estado más examinadas físicamente que los hombres

P: Hay una cosa de ti que considero reseñable, aunque no debiera serlo, y es que no tienes miedo a pronunciar la palabra gorda, no maquillas el término. Si tienes que decir "estoy gorda", lo dices. Por otro lado, va asimismo contra el tan extendido bulo de que las personas con este cuerpo tienen siempre problemas de salud o deben ser infelices. 

R: Es el tópico, sí... En primer lugar, porque se ha estigmatizado mucho la palabra gorda y gordo, y yo cuando he hecho charlas en colegios y demás siempre señalo lo mismo: "Decir que soy gorda debería ser tan natural como decir que soy morena".

Es evidente que los problemas de obesidad grave están ligados a la salud, pero yo soy gorda y estoy sana. No me pueden juzgar ni señalar como si fuese un acto terrorista hacia los demás el ser así. Y eso es lo que nos hacen creer, pero me he dado cuenta de que no es así, y lo siento si a alguien le moleste. 

Voy más allá, incluso. Aunque no estuviera sana, sigue siendo mi cuerpo. No juzgo a nadie por su estado de salud. Deseo que todo el mundo esté sano, obviamente, pero no puedo invadir los aspectos privados de otras personas.

Se ha estigmatizado la palabra ‘gorda’. Decir que lo estás debería ser tan natural como decir que eres morena

P: Hablando de tu faceta más profesional y entrando en la película, ¿de dónde te viene la inquietud por la interpretación y por el cine?

R: Sinceramente, no lo sé... En mi casa no hay actores ni actrices, simplemente de pequeña empecé a jugar, a hacer espectáculos, a cantar, a bailar, me apunté en las extraescolares del colegio a teatro... Empecé ahí hasta que a los 18 años pensé hacerlo un poquito más profesional y me apunté a una escuela de teatro y estudié la carrera. 

Sí que tengo familia dentro de este mundo. Mi hermano Javier, con el que me llevo cuatro años. Pero ninguno de los dos sabemos muy bien de dónde nos viene. 

P: Sobre Cerdita. ¿Cómo ha sido interpretar a Sara y trabajar con Carlota Pereda o Carmen Machi, entre otros?

R: El papel que me ha tocado ha sido una suerte. Siempre digo que me ha dado más Sara a mí que yo a Sara porque he conocido a una persona muy bonita, con un arco inmenso, que crece durante la película, y vulnerable, pero a la vez con esas ganas tan características de una chica joven... Me lo he pasado muy bien.

A esto ayudó mucho el equipo tan increíble con el que he trabajado. Carlota es una maestra de ceremonias increíble, que sabe en todo momento lo que quiere, que hace todo fácil a pesar de contar una historia muy cruda y estar a veces embadurnada de sangre. Cerdita es una historia que todos queríamos contar de la mejor manera posible. 

Fueron seis semanas de cansancio absoluto porque rodé todos los días, pero también de mucha alegría. Me siento súper afortunada.

P: Has recibido hace poco el Premio Cygnus a Mejor Actriz, pero tanto tú como la película estáis nominados a varias categorías de los Goya. Carlota Pereda ya ganó uno en su día, cuando Cerdita era todavía un corto... ¿Cómo afrontas la fiesta del cine español? ¿Qué esperas de ella? ¿Te ves u os veis favoritos?

R: No me lo quiero ni plantear. Mi objetivo es celebrar todo, pase lo que pase. Tengo además la suerte de ir conociendo a un montón de nominados y nominadas más, incluso a las chicas de mi categoría, y llevarme bien con todos ellos. 

Sé que suena a tópico, pero el regalo es estar nominada y haber hecho la película. No me planteo si vamos a ganar o no, de verdad. Sé que voy a compartir esa noche con todo el equipo, que voy a disfrutarla porque es todo un honor estar nominada en el año que para muchos es el mejor del cine español desde hace mucho tiempo. Creo que el subidón de estar ahí merece ya una celebración.

Estar nominada en el año que para muchos es el mejor del cine español desde hace mucho tiempo ya merece una celebración

P: ¿Te consideras ejemplo de algo? Quiero decir, ¿piensas que Sara, Laura o Carlota con la apuesta, han conseguido ayudar a quien tenga algunos de los problemas mencionados en esta entrevista?

R: No creo que pueda ser ejemplo de nada porque tengo muchos, muchos defectos. Pero me gustaría pensar que Sara, la película, el personaje, que muchos me dicen que se considerará como icono en el cine de terror, ha mostrado una realidad que está ahí a través de unas palomitas envenenadas como dice Carlota. En este caso usando el cine de entretenimiento, de terror, de ir a la sala a pasarlo bien y mal a la vez y que encima puedas pensar sobre lo que ves.

Si alguien sale de la cinta pensando o debatiendo con su acompañante sobre lo que ha visto, considero el objetivo cumplidísimo. Con todo, ejemplo me parece una palabra muy grande. Yo soy muy chiquitita.

Nominaciones de 'Cerdita' a los premios Goya 2023

  • Mejor dirección novel. Carlota Pereda.
  • Mejor guion adaptado. Carlota Pereda
  • Mejor actriz de reparto. Carmen Machi.
  • Mejor actriz revelación. Laura Galán.
  • Mejor dirección de producción. Sara García.
  • Mejor maquillaje y peluquería. Paloma Lozano, Nacho Díaz.