En 2015 los investigadores de Pfizer descubrieron que uno de los fármacos con más éxito de la farmacéutica, un antiinflamatorio para la artritis reumatoide llamado Enbrel, también servía para reducir el riesgo de padecer alzhéimer en un 65%. Esto se pudo averiguar gracias al análisis de miles de reclamaciones de seguros, según informa The Washington Post.
El hecho de poder verificar estos efectos del medicamento se habría hecho mediante un ensayo clínico de un elevado coste. Después de un debate interno, la empresa decidió no seguir con la investigación ni hacer públicos los resultados, tal y como declararon al medio citado.
“El Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y ralentizar la progresión del alzhéimer”, afirmaba un documento de PowerPoint que iban a presentar a un comité interno un grupo de investigadores de Pfizer, y al que ha tenido acceso The Washington Post. Estos expertos procedentes del departamento de enfermedades inflamatorias e inmunología, querían que Pfizer hiciera un ensayo clínico con miles de pacientes, con un coste estimado de 80 millones de dólares, lo que serían 71,2 millones de euros.
Tal y como explicó la empresa al diario, tras tres años de estudios internos la compañía comprendió que las expectativas de que este medicamento pudiera prevenir el alzhéimer no eran muchas, ya que el medicamento no llega directamente al tejido cerebral. Según un portavoz de Pfizer, la decisión de no continuar la investigación fue exclusivamente científica, y consideraron que publicar los hallazgos estadísticos no habría cumplido con sus “rigurosos estándares científicos”.
Por otro lado, la compañía si compartió con un científico prominente los resultados, pero los investigadores con los que ha hablado el Post creen que la compañía debería hacer publicado esos resultados para que pudieran acceder a ellos otros científicos. Esta no es la primera farmacéutica que es objeto de críticas, pero normalmente se deben a la ocultación de efectos negativos, no existe consenso sobre las obligaciones de las empresas ante los efectos positivos de sus fármacos.
Es cierto que la búsqueda de tratamientos para el alzhéimer es un tema frustrante, porque después de millones invertidos en investigaciones aún no se ha encontrado ningún fármaco que prevenga o trate eficazmente esta enfermedad neurodegenerativa. Alrededor de 400 ensayos clínicos han sido fallidos. El último fármaco para el alzhéimer solo trata los síntomas de manera temporal, y fue aprobado hace más de 10 años.
Esta misma compañía, Pfizer, anunció en enero de 2018 que terminaba con la investigación sobre esta enfermedad y cerraba su división neurológica. Esa misma semana fue cuando salieron a la luz los fracasos de dos fármacos experimentales de otras dos compañías farmaceúticas.