El joven que se inventó una agresión homófoba en un portal de Malasaña en septiembre pasado, se sentará en el banquillo después de que un juez de Madrid le haya imputado por simulación de delito.

La denuncia del joven, que tuvo una gran repercusión social, se sustentó en la versión de que ocho encapuchados le tatuaron el glúteo a navajazos con la palabra "maricón". Sin embargo, los hechos que aseguró haber sufrido no quedaron registrados en ninguna cámara de seguridad de los comercios y locales cercanos, ni en las cámaras de las bocas de metro más próximas. Los agentes interrogaron a decenas de vecinos que estaban en la zona, pero nadie había visto nada. El joven terminó admitiendo que en realidad se trataba de lesiones consentidas y que había mentido para ocultar a su pareja las prácticas sexuales que había mantenido fuera de la relación.

El delito conlleva una multa de seis a doce meses de cárcel

El Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid, que instruye el caso, le ha imputado por simulación de delito, tipificada en el artículo 457 del Código Penal, que contempla una multa de seis a doce meses de cárcel para la persona que, ante algún funcionario, "simulara ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciara una inexistente, provocando actuaciones procesales". Se trata de una infracción diferente a la denuncia falsa, ya que ésta directamente señala o culpa de un delito a una persona o personas concretas.

El procedimiento se encuentra todavía en una fase incipiente pues el juez todavía no ha dado traslado a las partes para que se pronuncien, según adelanta El Mundo. Lo previsible es que el caso se cierre con una multa tras la celebración de un juicio rápido aún pendiente de señalar.